Los resultados que están dando los análisis en los laboratorios de suelos de Argentina encienden una luz de alerta en relación a un micronutriente que es clave para el desarrollo de los cultivos: el zinc.
Según el Ing. Agr. Wenceslao Tejerina, asesor en nutrición de cultivos y titular de agroEstrategias consultores, entre el 80% y 85% de las muestras de suelo que están analizando muestran deficiencias de zinc que se traducen en pérdidas de rendimiento, debido a la importancia que tiene este nutriente para el desarrollo de la planta.
Una dificultad es que, a lo largo de los años, no ha sido incluido dentro de los planes de fertilización de los productores. “A nivel mundial es un fenómeno de años, pero acá es relativamente nuevo; hace 20 años no teníamos este problema. Pero se extrajo por medio de los cultivos y no se repuso, y ahora sí hay déficit”, menciona Tejerina.
El problema –insiste el experto– es que el zinc no solo es importante para la planta, sino más bien esencial. “No se desarrolla correctamente si tiene faltante de este nutriente”, repasa.
Según Tejerina, por ese motivo las aplicaciones de zinc suelen tener muy buenas respuestas, con mejoras de los rindes de entre 7 y 8%, sobre todo en gramíneas.
En relación a esto, es clave incluir este nutriente en la estrategia de fertilización para la campaña de trigo próxima a comenzar. “En los planes de siembra siempre se incluyen nitrógeno, fósforo y en algún que otro caso azufre, pero no se tiene tanto en cuenta al zinc. Hay que incorporarlo, incluso porque tiene una respuesta mucho más marcada y de mayor magnitud en los años en que ocurren situaciones de estrés”, añade Tejerina.
Nutrimins
“Los mapas de concentración de nutrientes del INTA y análisis realizados por nuestra compañía, en gran parte de Buenos Aires y de La Pampa, demuestran que los niveles de zinc están, en general, por debajo del umbral crítico u óptimo”, coincide el Ing. Agr. Jonathan Grippa, Asesor Técnico Regional de Stoller Argentina & Uruguay.
La recomendación de la empresa es el uso de Nutrimins, un fertilizante que se aplica en la semilla y que tiene el sello distintivo en que aporta el zinc en forma de quelato, mejorando la disponibilidad del mismo para la planta.
“Además, la tecnología aporta promotores de crecimiento, por lo que se logra una germinación más rápida, uniforme y con mayor desarrollo de raíces. Esto permite aumentar la eficiencia en el uso del agua, algo muy importante en casos de períodos de déficits hídricos prolongados como los que se están repitiendo en las últimas campañas”, destaca Grippa.
Y también menciona otro aspecto clave de la eficiencia: con mayor desarrollo radicular, la planta también puede captar mejor todos los nutrientes que están disponibles en el suelo –ya sea naturalmente o los que aportamos por fertilización–.
“En momentos como el actual, en donde hay una oferta limitada de fertilizantes y una fuerte suba en los precios de estos a nivel mundial, es muy importante ser eficientes a la hora de captar los nutrientes que aportan estos fertilizantes. En este sentido, remarcamos la necesidad de promover el desarrollo de las raíces, ya que serán el órgano a través del cual se capten los nutrientes aplicados al suelo”, remarca Grippa.
Los ensayos realizados por Stoller muestran aumentos de rendimiento de entre 5 y 7% con el uso de Nutrimins, pero lo que resulta más importante es el retorno de la inversión, con una relación de 10 a 1 a favor de Nutrimins.
“Es un producto sencillo de aplicar, porque se puede agregar al tratamiento convencional de semillas que hace el productor, e incluso es compatible con todos los fungicidas del mercado”, afirma Grippa.