Según estimaciones, el 40% de la comida que se produce en el mundo nunca llega a una mesa para ser consumida, esto quiere decir que se produce, se transporta, se distribuye, llega a los puntos de venta pero nunca se consume.
Esta producción de alimentos es lo suficiente como para alimentar a la población que está creciendo alrededor del mundo, pero se desperdicia, dado que la mayoría de los alimentos que no se consumen se desechan.
En América Latina, por ejemplo, el 20% del desperdicio de alimentos de venta al por menor se debe al deterioro, mientras que, en Asia, se pierden hasta un 30% de cereales entre el productor y el mercado.
Dentro del desperdicio de comida no hay que dejar de lado el desperdicio de recursos para la producción de esos alimentos, ya que también el 40% de ellos se desperdicia. Para ponerlo en ejemplos, en Estados Unidos el 90% del consumo de agua es para la agricultura y de eso, el 40% es desperdiciado.
Lo mismo ocurre con el suelo, la electricidad, la distribución. El transporte de los alimentos es también un punto importante debido a que las personas se mudan a espacios desconectados de donde se produce la comida y para que puedan acceder a sus alimentos, los mismos deben viajar hacia allí.
Más población
Pero el desafío de evitar el desperdicio de alimentos no es solo un objetivo actual y necesario, sino que se estima que para el año 2050 la población sea más de 9.000 millones, 2.000 millones más de lo que somos hoy.
Esto implica que la cantidad de alimentos que vamos a necesitar durante los próximos treinta años va a ser igual a la cantidad de alimentos que se produjeron durante los últimos 8.000 años. El planeta no sólo tendrá que proveer los recursos para la población, sino que a su vez absorber los desechos que se producen.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), reducir la pérdida y el desperdicio significa respetar los alimentos, y los recursos naturales, el esfuerzo y las inversiones que estos han requerido. Cuando pensamos en el trasfondo de la alimentación, es más fácil ver qué representan realmente nuestros alimentos y cuán valiosos son.
Para trabajar y concientizar en la temática se instauró al 29 de septiembre como el “Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos” y la FAO llamó a las personas, empresas y gobiernos a la acción.
Este día se celebró, por primera vez en 2020, durante la pandemia mundial generada por el Covid19, un hecho que ha servido para poner de relieve la fragilidad de nuestros actuales sistemas alimentarios y la importancia de la disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos.