La nanotecnología es la ciencia que estudia las pequeñas partículas. Su uso en la agricultura consiste en fertilizar, con productos líquidos y a dosis muy baja, con distintas formulaciones de nanopartículas minerales de alta pureza.
“Es una tecnología novedosa, con bajo impacto ambiental y orientada a una agricultura sustentable, ya que la mayoría de las formulaciones son aptas para producción orgánica”, señaló Belén Ciacci, investigadora del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales (IFRGV) y del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) Córdoba.
De esta forma, el equipo de investigadores está evaluando la aplicación de nanopartículas de yeso (NPY), tanto en suelos marginales (alcalinos), como en suelos de pH neutro, con plantaciones de sorgo, y también sobre algunos cultivos hortícolas.
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Tanto el IFRGV como el CIAP están trabajando en el desarrollo de diferentes protocolos para eficientizar esta tecnología y usar mínimas dosis, a partir de nanotecnología, en suelos marginales como en cultivos intensivos.
Los problemas de sodicidad en los suelos es que generan alta compactación, baja estabilidad de agregados y reducida infiltración de agua con un medio de enraizamiento deficiente, con bajos o insuficientes nutrientes, afectando negativamente a la actividad biológica del suelo y el crecimiento de las plantas.
“Los suelos sódicos tienen la cantidad de sodio suficiente para afectar adversamente el crecimiento vegetal y la estructura del suelo”, dice Ciacci.
Ensayos
Los ensayos realizados bajo condiciones controladas de invernadero, consistieron en aplicar un producto a base de sulfato de calcio. Así, la investigación evaluó cómo podrían verse afectadas la cantidad de hongos totales y la interacción con hongos formadores de micorrizas luego de aplicar el producto”, explicó Dannae Serri –investigadora del IPAVE, CIAP Córdoba–.
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Según los primeros resultados, quedó demostrado que, con la aplicación de las nanopartículas de yeso, el contenido de sodio tiende a disminuir en el complejo de intercambio mientras que el calcio aumenta, en condiciones de alcalinidad.
A su vez, esta herramienta aumentó el peso freso fresco de las plantas, incrementó la cantidad de hongos totales, y mejoró la interacción con los hongos micorrícicos.
Intensivos
Con respecto a los cultivos intensivos, se midió el impacto de la nanotecnología en el desarrollo de zapallito de tronco (Cucurbita máxima, variedad zapallito), una especie hortícola de alto valor social y económico, mayormente destinado al mercado interno.
“El objetivo de este trabajo consistió en desarrollar un protocolo preliminar de fertilización con nanopartículas de nitrógeno, fósforo y potasio para el desarrollo del cultivo de zapallito, bajo condiciones controladas de invernadero y a campo”, explicó Ciacci.
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La implementación del protocolo mejoró el crecimiento vegetativo, aumentó los valores de peso seco, índice de verdor y vitalidad, y en contenido de nutrientes en hojas. Se observó un incremento en el contenido antioxidantes en hoja y presencia de micorrizas en raíces.
“Actualmente el equipo sigue investigando aspectos como el aumento de antioxidantes (fenoles) y su acción para mitigar los efectos negativos de la infección de diferentes virus en siembras tardías”, indicó Cecilia Perotto –investigadora del IPAVE, CIAP Córdoba–.
Acuerdo
Recientemente, el INTA, a través del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales (IFRGV) dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP), firmó un convenio asistencia técnica y vinculación tecnológica con la Universidad de Río Verde (UniRV) de Brasil y la empresa argentina Kioshi Stone.
El trabajo conjunto evaluará el impacto de los nanofertilizantes en el suelo, en el crecimiento de plantas de maíz y soja, como así también en la capacidad de dichos cultivos de formar micorrizas. Los ensayos se realizarán en áreas agrícolas del municipio de Río Verde, en Goias (Brasil).