Los Rey son unas de las tantas familias de raigambre agropecuaria que trabajan en el interior del país. En el límite entre el sur de Santa Fe y el noroeste de Buenos Aires, cultivan varios campos: uno propio, de 155 hectáreas, en San Gregorio (Santa Fe), y otros alquilados, en Aaron Castellanos (Santa Fe) y en Iriarte (Buenos Aires).
Luego de las fuertes lluvias ocurridas en los últimos días, con acumulados que alcanzaron los 300 milímetros en esta zona, Armando Rey salió este lunes a hacer un recorrido por estos campos, para observar cómo estaban luego de las tormentas.
Como es usual, tomó el camino rural que conecta a San Gregorio con Iriarte, pero no pudo llegar a destino: su camioneta estaba transitando sin problemas sobre una base de 30 centímetros de agua que circulaba por encima de la red vial, hasta que sucumbió en una alcantarilla que se hundió.
El agua comenzó a ingresar al habitáculo y no tuvo otra opción que abandonar el vehículo y sentarse arriba del techo a esperar a que lo vinieran a auxiliar. Su hijo Enrique le tomó una fotografía y la compartió a través de Twitter, donde se viralizó hasta superar los 1.000 retuiteos y los 3.000 “me gusta”.
Este es mi viejo, en el camino que va de Iriarte, https://t.co/YUcqdWr0DF a San Gregorio, Santa Fe; esto es resultado de años sin obras, las que necesitan el campo para poder producir… @AgriculturaAR @BAProvincia @GobSantaFe pic.twitter.com/fdWVZpwnOw
— Enrique Rey (@EnriqueARey) January 24, 2022
Armando también tiene twitter y puso esa imagen como una de las que lo identifica en su perfil.
Bronca y amargura
“Es un camino que usamos todos los productores de la zona habitualmente, sale derecho a la ruta nacional 7, para evitar tener que dar toda la vuelta por la ruta 14, por Diego de Alvear. Cerca de Iriarte tenemos un campo que alquilamos hace 30 años y mi papá iba hacia allí”, explica Enrique Rey, en diálogo con Infocampo.
Y amplía: “Por suerte fue solo el daño material, que se puede recuperar. Pero la camioneta se arruinó completamente, no anda nada. Fue solo la amargura del momento, ver el laburo de tantos años metido en un charco”.
Enrique cuenta que con sus hermanos solo pudieron llegar con otra camioneta hasta 1.500 metros de donde fue el accidente de su padre, y que después debieron caminar. Al vehículo lo tuvieron que sacar con un tractor articulado de los más fuertes y arrastrarlo hasta el campo de San Gregorio, donde viven los Rey, y quedó guardado adentro de un galpón.
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En ese establecimiento tienen 155 hectáreas y pagan tasa vial en el municipio de Diego de Alvear, a razón de dos litros y medio de gasoil por hectárea, de manera trimestral. A un precio del combustible que en diciembre se ubicó en $ 91,60 el litro, significa un pago cada tres meses de más de $ 30.000, a valores actuales.
“Pagamos esa tasa vial y no sabemos a dónde va destinado el dinero. Y tampoco vuelve lo que tendría que volver desde la Nación. Pagamos y pagamos y todo queda en un limbo”, se queja Enrique.
El joven productor actualmente preside la Asociación de Productores Rurales del Sur de Santa Fe, entidad que durante muchos años también comandó su padre, que tuvo como uno de sus ejes de trabajo la gestión de la laguna La Picasa, que suele ser noticia también por inundar y dejar intransitable la ruta 7 cuando hay excesos de lluvias.
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“Lo único que tenía es la bronca por tantos años de laburo, de lucharla, y que los gobierno ineptos, imberbes, que tenemos no usen el dinero en lo que deben. Estamos a dos meses de la cosecha y no hay un solo camino como la gente”, remarca Enrique.
Y completa: “Queremos que desde el Gobierno nacional se pongan en contacto con los productores; ya que cobran tantos impuestos, por lo menos que se preocupen un poco por nosotros”.