En los albores de Mercado Libre, cuando la empresa todavía no era lo que representa actualmente, los críticos decían que era imposible que prosperara porque los argentinos no confiaban en hacer compras sin tener al vendedor cara a cara.
Argumentaban que en otros países eso era diferente y que el valor de lo personal jamás sería reemplazado. Hoy, en Argentina anualmente se mueven más de 200 millones de productos comprados por e-commerce.
La incorporación de la tecnología siempre viene aparejada de detractores en una primera instancia, pero se termina imponiendo a largo plazo cuando el beneficio es claro. Sucedió en numerosos sectores, de diferentes maneras y en todos los países. El agro no es la excepción.
A partir del primero de noviembre, la carta de porte electrónica será de aplicación obligatoria en toda la Argentina. Es decir, los trámites que habilitan la circulación de los camiones se completarán únicamente online. Aunque todavía haya que seguir de cerca la implementación, la erradicación de los formularios en papel es una solución sustentable, una manera de combatir la informalidad y un paso necesario para simplificar procesos. Por ejemplo, quienes utilizan Humber lo podrán hacer directamente desde la plataforma.
Paradigma
Este avance digital para el sector es apenas una punta del iceberg de la modernización de algunos procesos en el agro. Aunque hay una enorme inversión en tecnología genética y de biotecnología, la maquinaria es moderna y en el último tiempo se incorporaron apps y plataformas para la producción, en términos logísticos, creemos que todavía hay mucho para avanzar.
El transporte de cargas en algunos países ya innova con ejemplos como: Nuro, un vehículo autónomo que tiene autorización legal para hacer delivery de productos en California; Internet de las cosas para seguir las condiciones del viaje, y blockchain para garantizar el cumplimiento de cada etapa de la cadena. En ese sentido, el campo todavía está rezagado.
El potencial para la innovación es inmenso considerando que algunas circunstancias se resuelven de la misma manera que hace 50 años. Para las organizaciones continúa siendo un problema conseguir los camiones y destinan excesivos recursos humanos y económicos. Por su parte, los transportistas padecen la estacionalidad.
Hoy con distintos desarrollos tecnológicos se puede conectar a los dadores de carga con camioneros de forma directa, proporcionar tarifas claras y seguir los traslados con geolocalización. La informalidad solo genera perjudicados y expone a ambas partes a riesgos evitables.
En nuestra experiencia, todavía 3 de cada 10 transportistas que utilizan Humber prefiere contactar a una persona antes que hacerlo a través de la plataforma o la app, por eso se ampliaron las oficinas zonales.
El motivo principal es que el contacto personal les da más seguridad. El progreso, como sucedió con Mercado Libre, es lento, pero por algo se empieza. La carta de porte electrónica no es una solución mágica, sino un avance en el cambio de paradigma que atravesaron todos los sectores económicos y que pronto seguramente también incluya a la logística del agro.