Una decisión inminente del Gobierno, a través de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, muestra las intenciones de mantener abastecido el mercado interno de maíz, sin sobrepasar el saldo exportable del grano.
Desde inicios de mes, las exportaciones del cereal se vieron limitadas ante la imposibilidad de los exportadores de emitir nuevas Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DVJE) ya que se había alcanzado la totalidad del sado exportable para el ciclo comercial 2020/21, posicionado en 38,5 millones de toneladas.
“Las exportaciones de maíz no están cerradas”, aseguraba el Gobierno, aunque tampoco se podía exportar. Si había alguna esperanza de que, desde el Ministerio de Agricultura, se pudieran flexibilizar más las exportaciones, por encima del saldo y hasta el 28 de febrero, eso ya no será posible.
Una reciente medida de Mercado Agropecuarios, anunciada a los exportadores, les indicó que solo se emitirán DJVE-30, es decir, un régimen especial de exportación respaldada contra posesión física de la mercados y con barco nominado con fecha de arribo. De esta forma, solo se podrá comercializar al exterior lo adquirido.
Seguir interviniendo y burocratizando los mercados es una pésima señal que trae desconfianza en los productores. Ya lo vivimos desde abril con la carne y ahora con el maíz. Nuestro país necesita que todos podamos trabajar libremente para producir sabiendo que vamos a poder vender
— Nicolás Pino (@NicolasPinoSRA) October 11, 2021
Comercio
Este anuncio de Gobierno fue una jugada anticipada por el Gobierno, bien puede entenderse, luego de las declaraciones del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, sobre que tanto el maíz, como el trigo y la carne, representan “bienes culturales” con lo cual hay que “administrar con inteligencia esos saldos exportables”. Esas declaraciones provocaron un fuerte malestar en el sector.
Asimismo, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jorge Solmi, remarcó, este fin de semana, sobre las exportaciones de carne, que “no se toman decisiones centralizadas” y que se involucra a todos las partes porque es una política federal.
Seguir interviniendo y burocratizando los mercados es una pésima señal que trae desconfianza en los productores. Ya lo vivimos desde abril con la carne y ahora con el maíz. Nuestro país necesita que todos podamos trabajar libremente para producir sabiendo que vamos a poder vender
— Nicolás Pino (@NicolasPinoSRA) October 11, 2021