La prefectura registró en Entre Ríos otra bajante en el río Paraná, con una altura de 71 centímetros.
Se esperaba que septiembre fuera el alivio para el afluente, ya que se había registrado una suba de más de un metro, pero esa ilusión se frenó en la segunda quincena del mes cuando se notó un nuevo descenso, que se prevé que continúe hasta el verano.
La directora nacional de Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres, Virginia Laino, citó al Instituto Nacional del Agua (INA) para explicar que la tendencia del Paraná se encuentra en baja y creen que en noviembre va a tener un piso.
“Hacia noviembre podríamos esperar un pico máximo de bajante, y a partir de ahí si las precipitaciones acompañan, podría comenzar a incrementarse. De todos modos, el incremento sería muy paulatino”, consideró.
Aunque afirmó que los organismos científicos pronostican que la bajante del río Paraná se va a prolongar durante el verano debido al contexto de sequía que alimenta la preocupación.
“Por supuesto que la previsión de incremento de precipitaciones trae como consecuencia una crecida, pero es importante recordar que los ríos tienen procesos cíclicos de crecidas y de bajante, que cuando no acompañan las lluvias se hace noticia el fenómeno de bajante”, explicó Laino.