Hablar de “resistencias” a productos fitosanitarios en el campo argentino es tocar una fibra sensible para la comunidad científica y productiva. El antecedente inmediato y conocido: la problemática de malezas resistentes.
Sin embargo, este tipo de problema puede agravarse y extenderse a las enfermedades de varios cultivos, como el trigo, la cebada y la soja. Así lo alertó el técnico Andrés Fabbris Rotelli, en diálogo con Infocampo.
De acuerdo a las recorridas de Fabbris Rotelli, por diferentes regiones trigueras y cebaderas, “la implantación de los cultivos de invierno, esta campaña, fue superior a lo conseguido la campaña pasada. Por el momento, ya se dieron las detecciones más tempranas de enfermedades clave en ambos cereales. De esta forma, lo que sigue, y muy importante, es el monitoreo sanitario, pensando en un par de aspectos principales: la resistencia genética de las variedades que cada productor sembró y también que, cuando se restablezcan las precipitaciones, rápidamente puede incrementarse la presión de enfermedades fúngicas”.
En este sentido, el técnico advirtió que, “hay que ser muy conscientes y proactivos ya que no contamos con muchos modos de acción para controlar enfermedades en cereales de invierno o en soja. Así, si se siguen perdiendo modos de acción tendremos fuertes pérdidas de rendimiento y un importante perjuicio económico”.
¿Qué es Tridium?
Fabbris Rotelli, asimismo, es gerente de fungicidas e insecticidas de UPL Argentina y se refirió a una herramienta de control multisitio, desarrollada de forma pionera por la compañía india.
Se trata de “Tridium”, una solución superadora con tres principios activos: Azoxystrobina (del grupo de las estrobilurinas), Tebuconazole (del grupo de los triazoles) y el multisitio Mancozeb (del grupo de los Ditiocarbamatos).
En este trabajo conjunto entre activos, Fabbris Rotelli explicó que el Mancozeb bajará rápidamente el inóculo inicial de la enfermedad, sensibilizando al patógeno a la acción sistemática, preventiva, curativa y erradicante que ejercen, luego, los triazoles y estrobilurinas. De esta forma, la molécula trabaja sobre seis puntos de acción sobre el agente fúngico.
Este novedoso fungicida, en cierta forma, se alinea al mensaje de UPL ante los riesgos de resistencias de enfermedades de trigo y cebada. Es decir, en este punto, productores y técnicos deben ser inteligentes, eficientes y aplicar todos los principios de la sustentabilidad para cuidar las soluciones tecnológicas.
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