Todavía falta mucho para hacer importantes proyecciones sobre el rendimiento del cultivo de trigo. Pero es cierto también que el cereal, en la medida que avanza en su ciclo, empieza a demandar más agua, que está escaseando, y la necesita para sostener sus estructuras vegetativas,
En este sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lo adelantada en su último panorama agrícola semanal.
Los analistas de la entidad indicaban que, en cuanto a la condición general del cultivo, “se observa como de este a oeste, el estado del cultivo empeora al incrementarse las restricciones hídricas, sobre todo en los lotes más avanzados”.
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En este sentido, correlacionado los mapas de agua disponible que publica el INTA, en convenio con la Facultad de Agronomía (UBA) y el Servicio Meteorológico Nacional, junto con las expectivas de rinde que anticipa el software ProRindes, dejan ver claramente cómo hacia el oeste de la región agrícola, los rendimientos esperados del trigo se empiezan a ajustar sobre los promedios.
En función de lo que muestran los mapas de dotación de agua, hay un gradiente que se remarca desde los primeros centímetros de suelo (mapa derecha) hacia la profundidad del perfil (mapa izquierda).
Bajo las circunstancias actuales se remarca la necesidad de lluvias para la recomposición del perfil. Además, que aporten condiciones de hidratación al stand de plantas que empieza a enfrentar el estado más inclemente del invierno.
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Asimismo, cuando la observación se hace con ProRindes, todas las localidades ubicadas sobre el margen oeste de la región agrícola muestran que el cultivo, en función de los avances hasta ahora, tienen una expectativa promedio (nube de puntos sobre 1). Mientras que hacia el este y sur (sudeste/sudoeste), las expectivas aumentan.