La startup argentina B.I.F.E. (Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados) realizó la primera degustación privada de carne cultivada, y se convierte en la primera compañía argentina que se encuentra desarrollando la tecnología para obtener carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo en el laboratorio y la primera en Latinoamérica en llevar a cabo una degustación privada.
El acontecimiento se da luego de cinco años de trabajo de esta startup nacida en 2016, de la mano de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri, que utiliza técnicas de cultivo celular para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, ambiente y sustentabilidad.
Según detallaron directivos, la degustación se elaboró con carne cultivada bovina, en el cual se cultivó solo el músculo y no el tejido adiposo (grasa) que le aporta sabor y sin la sangre que le aporta color a la carne tradicional, por lo cual hizo falta sazonar este tejido cultivado. Para ello se utilizaron condimentos diversos similares a los utilizados al preparar una hamburguesa casera.
En esa línea, agregaron que al tratarse de una prueba conceptual y desconocer el comportamiento que iba a tener el cultivo al ser sometida a cocción, optaron por rebozarla, sellarla unos segundos en aceite hirviendo y luego terminar la cocción en el horno.
El presidente de Laboratorios Craveri y fundador de B.I.F.E, Juan A. Craveri, declaró que “el aspecto del producto obtenido fue similar al de un nugget, crujiente por fuera y suave por dentro. La carne tenía buen sabor”.
Por su parte, la directora de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri, a cargo de B.I.F.E, Laura Correa, expresó que “es muy gratificante poder compartir este avance científico con el mundo, cuya iniciativa nació en 2016, con el objetivo de contribuir y colaborar con una solución a la creciente demanda alimenticia que afrontará el mundo. No es una utopía, la carne cultivada es un hecho y B.I.F.E. lo hizo posible”.
Los beneficios
La producción de carne cultivada se consolida para llevar una solución al problema de la falta de alimentos para la creciente población futura y la producción sustentable de productos alimenticios de origen animal, a partir de cultivos celulares que no requieran sacrificio animal.
Por otro lado, la agricultura celular cuenta con la posibilidad de controlar la cantidad de grasa que contiene la carne, desarrollando así un producto magro y sano que brinda todos los beneficios de la proteína animal.
En este sentido, no es necesario cultivar las partes no comestibles como hueso, el sistema nervioso, sistema respiratorio y sistema digestivo, evitando así desperdicio alguno. Adicionalmente, está libre de antibióticos y hormonas.
En referencia al ambiente, esta es significativamente más eficiente en cuanto al uso de energía, tierra y agua que el ganado tradicional, además, contribuye a reducir los gases de efecto invernadero. Así, el desarrollo de carne cultivada en laboratorio se convierte en una opción viable que promete satisfacer la demanda de la población de manera sustentable.
En relación a la disponibilidad de la carne cultivada como un producto de consumo masivo, Laura Correa sostuvo: “En la actualidad, el mayor desafío que afronta la agricultura celular es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y de fácil alcance al mercado. El proceso aún es artesanal y es necesario contar con la tecnología adecuada para lograr el escalado que automatice su producción”.