La última emisión de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), organismo dependiente de la agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, indica que el “índice ONI” siembra incertidumbre sobre lo que sucederá exactamente para el clima de Argentina de la próxima campaña gruesa.
Alfredo Elorriaga, quien es consultor de la Guía Estratégica para el Agro(GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, lo explica y advierte: “Aun, cuando el consenso generalizado de los analistas está considerando la condición actual del Pacífico como de Neutralidad, estrictamente, eso no es así. El índice ONI, que evalúa la anomalía de la temperatura superficial del Pacífico Ecuatorial Central viene mostrando una disminución paulatina de su enfriamiento durante los últimos meses”.
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Hasta ahora, el valor de junio de este índice es de (– 0,5), registro que todavía se encuadra dentro del rango Niña, advierte el experto, condición final que se definirá en agosto.
En este sentido, la Oficina norteamericana establece para la fase “Neutra” valores ONI por encima de –0,5° y por debajo de +0,5° durante tres meses continuos. Por eso dice que el valor ONI de junio “es aún insuficiente para asegurar que no existe riesgo de que “La Niña” reaparezca para la primavera”.
Elorriaga, por su parte, tomó los registros del ONI desde principios de año hasta julio y al compararlos con los de los eventos Niña de los últimos 30 años —con características similares a la que nos afectó durante el 2020/21— la evolución muestra que un 50% de esos eventos terminaron en “Neutralidad” pero un 50% en “Niñas moderadas” o incluso en “Niñas fuertes”, como el caso que se dio en la campaña gruesa del 2010/11.
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LO QUE VIENE
hay buenas noticias en otros indicadores, sostuvo el experto de la Bolsa rosarina.
“El otro forzante global que influye sobre nuestro país es el Atlántico. Más allá de algunos enfriamientos débiles, está mostrando una tendencia a mantenerse más cálido que lo normal, principalmente a la altura de las costas bonaerenses, moderando las irrupciones de aire frío sobre el continente”, dice Elorriaga.
Esta dinámica favorece una alternancia entre la circulación del sudoeste y del noreste que disminuye el ingreso de aire frío hacia la región central.
De esta forma, una mayor circulación de aire más cálido implica mayor contenido de humedad. Y esto ya se está reflejando: hay un escenario bastante favorable para el desarrollo de precipitaciones como las que cierran los primeros siete días de julio, y podrían repetirse durante lo que resta del mes”, señala Elorriaga.