Como lo hace con cada cultivo, la Bolsa de Cereales porteña, desde su área de Prospectiva Tecnológica, realizan un informe de relevamiento productivo.
En este sentido, se publicó el informe mensual 45, asociada al cultivo de cebada.
Entre los aspectos generales y destacados, los analistas de la Bolsa indican que la campaña 2020/21 se desarrolló “en un contexto particular, marcado por la pandemia del COVID-19”.
Los precios de la cebada cervecera se vieron afectados por las medidas de cuarentena adoptadas en los distintos países del mundo”, destacaron.
Respecto a la pandemia y el comercio, la Argentina se vio beneficiada a causa de un aumento de la demanda china por la búsqueda de proveedores alternativos a Australia y dado por un conflicto comercial entre el gigante y la isla.
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Bajo este contexto, la cebada perdió protagonismo frente al trigo, por eso se registró una caída del área sembrada, alcanzando las 900.000 hectáreas.
Otro aspecto de análisis que tocaron los analistas de la Bolsa fue el nivel tecnológico.
A nivel nacional, se produjo mayoritariamente con un nivel alto de tecnología, mientras que el nivel tecnológico bajo registró el valor mínimo de la serie histórica.
Para concluir, uno de los temas que reaviva cuestionamientos es la superficie en siembra directa, que viene en caída desde la campaña 2012/13 (Ver Gráfico inferior).
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“En la campaña 2020/21 el 74% del área se realizó bajo siembra directa, 6% por debajo de la campaña anterior”.
Al respecto, la adopción de siembra directa a escala regional estuvo en el rango de 59% a 92%, y esta variación está relacionada a distintas causas regionales.
En el sudoeste de Buenos Aires-sur de La Pampa se presentó el valor más bajo debido a que se recurrió a otro tipo de labranzas para controlar malezas resistentes y para descompactar suelos que
presentaban tal condición.
Hacia el sudeste bonaerense se suele realizar labranza convencional en lotes con antecesor papa o girasol.