Achicar las brechas de rendimiento cruza a todos los cultivos por igual. En ese sentido, cereales u oleaginosos tienen rendimiento por explorar.
El poroto es un cultivo típico y clave del noroeste argentino, aunque también tiene espacio en las rotaciones de otras regiones.
En este sentido, Wenceslao Tejerina (Ver foto), asesor técnico de “Agroestrategias Consultores” y detalló aspectos clave que hacen a la reducción de brechas de rendimiento en el poroto.
Haciendo una analogía, Tejerina recordó que cuando competía en salto en largo en la niñez, le indicaban que mire al cielo al momento de saltar para llegar lo más lejos posible. “Tal es así que cada vez que pienso en potenciar un cultivo me surge el mismo interrogante: a dónde tengo que llegar y cuál es el objetivo”, se pregunta.
Entonces, para llegar al “cielo” de los rendimientos en este cultivo hay que mirar al suelo y al manejo ya que tiene un potencial de rinde de 6.000 kilos por hectárea y solo el alcanza 1.400 kilos por hectárea.
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Entre las cuestiones que destaca el asesor, que hizo un trabajo especial sobre brechas de rinde para Stoller, explica que las problemáticas son que casi no se fertiliza, se inocula muy poco, por ende hay poco desarrollo radicular, también es muy susceptible al estrés térmico e hídrico y las amplitudes térmicas afectan varios procesos fenológicos.
Entonces, para Tejerina, hay que enfatizar algunas cuestiones de manejo fundamentales para empezar a achicar brechas de rinde.
Entre las principales e iniciales está la promoción del crecimiento radicular, el cual es la base para construir el rendimiento.
“Esto lo podemos hacer con buena fertilización de base, aplicación de ácidos húmicos y/o fúlvicos, hormonas, aminoácidos, solucionando problemas físicos de suelo”, cita, considerando que las raíces son el “cerebro” de la planta ya que allí se desarrolla nodulación del cultivo y donde se realizará la fijación biológica de nitrógeno.
Otra aspecto indispensable que favorecerá al aumento de los rendimiento del poroto es un análisis de suelo porque esta legumbre requiere de la aplicación de una variada cantidad de nutrientes.
“Hay 13 nutrientes que son esenciales. Sin ellos, el cultivo no puede completar su ciclo en forma adecuada”, dice el asesor.
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De acuerdo a un relevamiento de “Agroestrategias Consultores” en zonas poroteras, ellos detectaron deficiencias de varios nutrientes.
Registraron carencias en un 100% de los casos de azufre, 40% de deficiencias en magnesio y hierro, y entre 17% y 30% de las muestras con ausencias de nitrógeno, fósforo y potasio.
En este sentido, el asesor aconseja, de acuerdo a ciertas situaciones, que problemas de clorosis en hoja se asocian a nitrógeno, azufre, magnesio, hierro y manganeso. También señala que para mejorar la retención de flores y vainas se logra aportando potasio, cobre, boro y calcio. Por su parte, asegurar el llenado de los granos está relacionado con el potasio, boro y molibdeno.
A modo de conclusión, el asesor subraya que, “en la medida que el conocimiento en la nutrición del cultivo aumente, integrado con el resto de los factores del manejo general podremos apuntar al cielo de los rendimiento de poroto”.