De acuerdo al último informe sobre el impacto de las catástrofes climáticas elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 2008 y 2018 en el sector agrícola de los países en desarrollo, “la pérdida por estos fenómenos naturales ascendió a más de 108.000 millones de dólares en pérdidas o daños en producción agrícola y ganadera”.
Esta cifra significa que el sector agropecuario es quien más impacto recibe por inclemencias climáticas como incendios de gran magnitud, fenómenos meteorológicos extremos, enjambres de langostas o el mismísimo COVID-19; por encima de otros sectores como la industria, el comercio o el turismo.
El informe señala además que el grueso de las pérdidas debido a este tipo de amenazas se produce en el sector agrícola, padeciendo un “63% de las repercusiones de catástrofes”.
“Durante el período analizado, Asia fue la región con mayores pérdidas económicas, con 49.000 millones de dólares, seguido por África con 30.000 millones, y muy cerca América Latina y el Caribe con 29.000 millones“, señala el estudio de la FAO.
Dado que el informe toma como foco de análisis a todo el mundo y a cada sector productivo, uno podría pensar que dentro de las principales catástrofes se encuentran los tsunamis o terremotos, sin embargo, la principal amenaza es la sequía.
Las sequías, “suponen un costo total para el sector de 37.000 millones de dólares”, siendo el primer factor de incidencia del agro a nivel mundial, seguido de forma importante por “las inundaciones, las tormentas, las plagas y las enfermedades y los incendios forestales”.