En pleno progreso de enfermedades en el cultivo de soja y maní, las marcas líderes de sanidad apuestan al cambio de paradigma.
En este sentido está llegando al mercado argentino una molécula fungicida que mezcla dos ingredientes activos: el más importante es “Fluindapyr”, una novedosa carboxamida, la cual se combina con “Difenoconazole”, logrando de esta manera un innovador fungicida de amplio espectro de control para enfermedades foliares.
“Venimos trabajando ansiosos sobre el lanzamiento de nuestra primer carboxamida en el país y es todo un gran acontecimiento ya que se trata del primer producto que tendrá registro en cultivos extensivos y se va a lanzar en Argentina y Paraguay”, explica Matías Retamal, gerente de fungicidas y tratamiento de semillas de FMC.
Esta combinación de activos se está presentando con el nombre comercial de “Onsuva”, específicamente destinado para los cultivos de soja y maní. Asimismo, el Fluindapyr, que es propiedad de FMC, integrará un programa de productos que se lanzarán en los próximos años.
En este sentido, Retamal advierte y desafía que las carboxamidas vienen a instalarse en los cultivos de una manera diferente, previniendo y controlando toda aquella infección que está en período de latencia.
“En este primer año de trabajo con Onsuva, a campo estaremos realizando una red vinculada a Lithium y apoyada por nuestro equipo de servicio técnico. A su vez, también estaremos avanzando en un conjunto con los principales referentes técnicos a nivel país”, cita el técnico.
En referencia a dosis, adelanta que en el caso de soja será de 250 centímetros por hectárea, logrando con este nuevo fungicida excelente control de mancha ojo de rana, mancha marrón, tizón de la hoja y Roya Asiática.
Por su parte, en maní, la dosificación recomendada es de 330 centímetros cúbicos por hectárea, mostrando resultados a campo que arrojan muy buena performance para detener la incidencia de viruela, tanto temprana como tardía.
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