El Ing. Agr. Gonzalo Berhongaray, docente e investigador de la Univ. Nac. del Litoral y explicó cómo se pueden mejorar las eficiencias con el uso fertilizantes de última generación. Durante su introducción en la jornada organizada por Kioshi Stone en conjunto con KWS Argentina y Valley, aseguró que el desafío que tiene la agricultura es aumentar la producción de alimentos, y a la vez disminuir el impacto ambiental. Esta mayor producción, según señaló, ya no puede ser sustentada por el aumento del área sembrada, sino que el camino es a través del aumento del rendimiento.
De acuerdo con el investigador, en los últimos años el incremento de rendimiento se centró el uso de insumos, pero esto ya no será posible, y la solución estará basada en la eficiencia del uso de los recursos.
“Cuando comparamos las dosis de fertilizantes que usamos en Argentina con otros países agrícolas del mundo, vemos que aquí son mucho más bajas. Además, el 75% de los fertilizantes nitrogenados corresponde a urea, que trae aparejado un balance negativo de nitrógeno en el suelo. Es equivalente a realizar minería en nuestros suelos”, agregó.
A continuación, señaló que maíz, arroz y trigo son los 3 cereales que más se producen a nivel global, y si queremos trabajar en el impacto ambiental de la producción de alimentos, debemos comenzar por éstos, no sólo por la escala, sino también por las dosis de fertilización nitrogenada que requieren. “Si queremos trabajar en innovación en el agro, tenemos que incrementar el rendimiento mientras reducimos el impacto ambiental, mejorando la eficiencia en el uso de los recursos”, indicó Berhongaray.
Al referirse a la eficiencia en el uso del nitrógeno en maíz, el docente e investigador explicó que, a medida que aumenta la dosis, disminuye la eficiencia en el uso de este nutriente, medida en kg producidos por cada kg de nitrógeno. Asimismo, aumenta al nitrógeno no recuperado por la producción. “Esto se da porque hay pérdidas por volatilización, lixiviación, etc., pero también porque hay un desacople entre la oferta y la demanda”, explicó.
“Si bien el 40% del nitrógeno que necesitan los granos se absorbe a partir de R1, por lo general este nutriente se aplica en estados tempranos, sin tener en cuenta que también se requiere en estados avanzados. En la región pampeana vemos que los balances de nitrógeno en el cultivo de maíz son negativos, por lo tanto, hay que trabajar en la eficiencia en el uso de los fertilizantes. Y en este sentido, encontramos que la nanotecnología permite aumentar esa eficiencia”, señaló.
Las nanopartículas tienen un tamaño similar a los virus y proteínas, y este tamaño les confiere una serie de características particulares, como la gran superficie de contacto, que las vuelve muy reactivas.
A continuación, Berhongaray explicó los resultados obtenidos en Rafaela con MIST N, un nanofertilizante nitrogenado de liberación progresiva de la marca Kioshi Stone. MIST se aplicó a razón de 3 litros por hectárea en V7 (siete hojas expandidas) sobre tres ambientes diferentes que habían sido dotados de 100, 150 y 200 kilos de urea por hectárea. Además, MIST N se aplicó sobre un sitio testigo (sin aplicación de urea).
Analizando los resultados, Berhongaray aportó las fundamentaciones técnicas. “Al momento de hacer el recuento de espigas y determinar peso de mil granos observamos que no había diferencias entre los tratamientos versus el testigo, aunque el tratamiento con Mist N foliar tuvo un incremento de rendimiento del 26%, respecto al testigo cuando no se aplicó urea”, detalla.
En resumen, en este ensayo se encontró que el nitrógeno absorbido y la eficiencia en el uso del nitrógeno fue mayor en los tratamientos con MIST, y que MIST foliar tuvo mejor desempeño en ambientes con menos nitrógeno explicado por mayor número de espigas. “Explorar altos rendimientos de maíz en la utilización combinada de urea al suelo y MIST foliar logra mejorar la producción y cuidar el balance de Nitrógeno en el suelo”, concluyó Berhongaray.
De la jornada participaron además el Ing. Agr. Oscar Zen de la Universidad Nacional de Litoral (UNL) quien disertó sobre “Buscando sistemas de alto potencial”, y el Ing. Agr. Aquiles Salinas de INTA Manfredi que presentó “Maíz bajo riego: altos rendimientos, estabilidad productiva y rentabilidad asegurada”.