Investigadores pertenecientes a universidades de distintos países crearon un mapa global de la diversidad de abejas, publicado en la revista Current Biology.
Para crear sus mapas, los científicos compararon datos sobre la ocurrencia de especies de abejas individuales con una lista de verificación masiva de más de 20.000 especies y casi seis millones de registros públicos adicionales.
Con respecto a los hallazgos, los resultados revelan que hay más especies de abejas en el hemisferio norte que en el sur y más en ambientes áridos y templados que en los trópicos.
“La gente piensa que las abejas son solo abejas melíferas, abejorros y tal vez algunas otras, pero hay más especies de abejas que de aves y mamíferos combinados”, explicó, John Ascher, autor principal y profesor asistente de ciencias biológicas en la Universidad Nacional de Singapur, y agregó: “Estados Unidos tiene, con mucho, la mayor cantidad de especies de abejas, pero también hay vastas áreas del continente africano y el Medio Oriente que tienen altos niveles de diversidad por descubrir, más que en las áreas tropicales”.
Muchas plantas y animales siguen un patrón denominado “gradiente latitudinal”, donde la diversidad aumenta hacia los trópicos y disminuye hacia los polos. Sin embargo, los expertos afirman que las abejas son una excepción a esta regla debido a que tienen más especies concentradas lejos de los polos y menos cerca del Ecuador, un patrón conocido como “gradiente latitudinal bimodal”.
Hay muchas menos especies de abejas en los bosques y selvas que en los ambientes áridos del desierto porque los árboles tienden a proporcionar menos fuentes de alimento para las abejas que las plantas y flores bajas.
Por su parte, el becario postdoctoral en el Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias y primer autor Michael Orr explicó: “Cuando llueve en el desierto, hay estas floraciones masivas impredecibles que literalmente pueden tapizar toda el área. Hay una rotación mucho mayor en el desierto debido a la irregularidad de los recursos año tras año. Por lo tanto, hay mucho potencial para nuevas especies allí”.
La referencia cruzada de múltiples conjuntos de datos con cobertura complementaria dio como resultado una imagen mucho más clara de cómo se distribuyen las muchas especies de abejas en diferentes áreas geográficas.
Este es un primer paso importante para evaluar la distribución y la posible disminución de las poblaciones de abejas.
Algunos de estos patrones habían sido hipotetizados por investigadores anteriores. No obstante, los hallaron difíciles de probar debido a datos inexactos, incompletos o de difícil acceso.
En este sentido, la profesora de la Academia China de Ciencias, Alice Hughes, resaltó: “Muchos cultivos, especialmente en los países en desarrollo, dependen de especies de abejas nativas, no de abejas melíferas”.
Si bien queda mucho por aprender sobre lo que impulsa la diversidad de las abejas, el equipo de investigación espera que su trabajo ayude en la conservación de las abejas como polinizadores globales.