Las plantas venenosas son aquellas hierbas, flores, arbustos o frutos que tienen una toxicidad suficiente como para perjudicar el organismo de las personas como también de perros, gatos y otros animales.
Algunas solo son tóxicas si se las ingiere, lo cual no supone un gran problema porque rara vez se come una hierba sin saber qué es. Sin embargo, los perros o gatos se ven más expuestos porque utilizan plantas por ejemplo para purgarse o desparasitarse. Estos animales pueden confundir alguna planta benévola con una de las tóxicas, y podría tener consecuencias que van desde una simple intoxicación hasta una grave, con riesgo incluso de muerte.
Otras plantas pueden afectar al organismo con el simple contacto, sin necesidad de una ingesta. Aunque son las menos comunes, cabe aclarar que existen y son dañinas.
LAS ESPECIES MÁS TÓXICAS
- Estramonio (Datura stramonium): tiene un elevado nivel de toxicidad. Al ingerir sus semillas puede provocar desde alucinaciones hasta fiebre y convulsiones. Esto se debe a la atropina, uno de los alcaloides presentes en la planta. Esta planta es tóxica tanto para los perros y gatos como para los humanos.
- Acónito (Aconitum napellus): puede resultar gravemente tóxica, ya que puede afectar al corazón y provocar la muerte. Lo más grave de esta planta es que la toxicidad se puede transmitir, aunque en menor grado, por roce con la piel.
- Hiedra (Hedera helix): una planta muy utilizada en jardines y casas, ya que es muy decorativa, crece de manera sencilla y como enredadera y es muy común. Aunque su toxicidad es más leve que otras plantas como el acónito o el estramonio, está muy presente en nuestra vida, y si se ingiere puede provocar severos malestares y vómitos. Se la considera una planta ornamental venenosa.
- Tejo (Taxus baccata L.): es otra especie común en parques y jardines, sobre todo en Europa. Las hojas y semillas de esta planta decorativa contienen alcaloides elevadamente tóxicos, principalmente la taxina, que puede provocar envenenamiento.
- Adelfa (Nerium oleander): se emplea usualmente con fines decorativos. Además de la peligrosidad a la ingesta, los exudados que emite pueden ser realmente tóxicos por inhalación.
- Regaliz americano (Abrus precatorius): aunque muchas partes de la planta se utilizan con fines medicinales, la masticación de sus semillas produce la muerte debido a las lectinas presentes en esta planta ornamental.
- Cicuta (Conium maculatum): se suele encontrar a esta maleza en baldíos y descampados. Comer esta especie puede provocar vómitos, mareos y en dosis grandes hasta la muerte. La cicuta, debido a su crecimiento en muchas zonas urbanas y rurales, es una de las plantas tóxicas para gatos y perros que hay que tener presente. La misma recuerda al tallo de las zanahorias, y de hecho puede ser confundida con él.
- Floripondio (Brugmansia candida): se la conoce también como campana del diablo y es tóxica para perros, gatos y personas. Puede alterar la consciencia de tal manera y provocar un fuerte malestar en las personas que pueden arriesgar la vida, y en los animales su simple ingesta conduce a la muerte.