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La multinacional del agro que abrió su biblioteca de investigación para ayudar a combatir el coronavirus

A través de la "super computadora Quriosity" de BASF, grupos de científicos identifican y optimizan moléculas que ofrecen posibilidades para proyectos públicos de investigación.

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A través de la iniciativa “Helping Hands”, BASF entregará máscaras desinfectantes y protectores para el rostro, y prestará su apoyo a grupos de investigación académica de todo el mundo en la búsqueda de un ingrediente activo adecuado para tratar a pacientes infectados con Coronavirus.

“No desarrollamos ingredientes farmacéuticos activos, pero con más de 150 años de experiencia en la investigación de sustancias, tenemos el conocimiento y una gran biblioteca de sustancias con una amplia variedad de ingredientes activos”, dijo el Dr. Peter Eckes, presidente de Investigación en Biociencia de BASF.

En su esfuerzo por adoptar varios enfoques, la compañía desarrolló sus propios programas informáticos para diseñar moléculas, además de tener su propia super computadora Quorisity: “Aprovechar estas enormes capacidades de investigación es otra manera de contribuir a combatir la pandemia del coronavirus, dijo Eckes.

Con el fin de identificar rápidamente un ingrediente activo adecuado contra el coronavirus SARS-CoV-2, las instituciones académicas de todo el mundo prueban en cultivos celulares la eficacia de los medicamentos aprobados que ya se utilizan en otras enfermedades virales. Estos compuestos pueden no ser lo suficientemente eficaces, por lo que es necesario buscar derivados mejorados de los ingredientes activos.

Al respeto, los investigadores de BASF llevaron a cabo una búsqueda en la biblioteca de sustancias de la empresa, con el fin de encontrar compuestos similares, lo que dio lugar a la identificación de 150 candidatos prometedores. BASF puso estas moléculas a disposición de los grupos de trabajo académicos de forma gratuita y también permitió que las moléculas se utilicen para la investigación sin realizar ningún reclamo de patente. “Durante muchos años, hemos estado apoyando la investigación académica de medicamentos para tratar enfermedades infecciosas como por ejemplo el paludismo, razón por la cual pudimos aprovechar rápidamente nuestros contactos y procesos establecidos para este proyecto”, dijo el Dr. Matthias Witschel, investigador de la Investigación en Biociencia de BASF.

Super computadora Quriosity: Modelos de moléculas adecuadas

Expertos de la Unidad de Química Computacional, iniciaron una segunda aproximación pensando en cómo podrían utilizar su conocimiento para auxiliar en la búsqueda de los ingredientes activos.

Al respecto, se enteraron del proyecto “COVID-19 Moonshot de la startup PostEra”, en el que científicos de todo el mundo se ofrecieron como voluntarios para ayudar a encontrar una sustancia que inhiba la llamada proteasa principal viral, una enzima esencial del virus. Este inhibidor está destinado a prevenir la réplica del virus en el cuerpo humano.

Los investigadores de BASF también se unieron en este esfuerzo de búsqueda colaborativa y diseñaron numerosas moléculas nuevas con la ayuda de un programa informático desarrollado internamente a través de la super computadora Quriosity.

Finalmente, encontraron 20 moléculas que en la simulación encajaban de manera óptima en el sitio activo de la proteasa principal. Los investigadores proporcionaron estas sugerencias de moléculas de forma gratuita a la iniciativa para estudios posteriores.

“Sin embargo, con estas moléculas simuladas por computadora, no siempre sabemos si pueden ser sintetizadas y qué tan bien se pueden sintetizar”, explicó el profesor Klaus-Jergen Schleifer, Jefe de Química Computacional de la División de Investigación de Biociencia Digital de BASF.

En este sentido, los investigadores de BASF también están siguiendo un tercer enfoque centrado en este aspecto. Con la ayuda de la súper computadora, probaron todos los compuestos que en principio pueden ser sintetizados por uno de los fabricantes de contratos que participan en el proyecto “COVID-19 Moonshot”. “Estamos hablando de aproximadamente 1.200 millones de compuestos posibles cuyo potencial para inhibir la proteasa principal SARS-CoV-2 fue calculado”, dijo Schleifer. La ventaja es que todas las moléculas prometedoras pueden rápidamente sintetizarse y probarse en experimentos.

BASF también pondrá estos resultados a disposición del público a través del proyecto “COVID-19 Moonshot”. “Estoy muy contento de que seamos capaces de apoyar la investigación de ingredientes activos con nuestra experiencia especial en química y proporcionar equipos de investigación académica con moléculas reales y virtuales. Tal vez, ayuden en el desarrollo de una droga corona”, dijo Eckes.

Ayudar a los grupos de investigación académica a encontrar un ingrediente activo es una de las muchas iniciativas de la campaña “Helping Hands” de BASF. En todo el mundo, BASF está invirtiendo más de 100 millones de euros para luchar contra la pandemia.

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