Desde hace más de un año que no llueve con fuerza en el norte de Chaco, y los productores ganaderos ya no pueden más. Ni siquiera hay agua suficiente para el consumo humano, y las intendencias intentan cubrir el problema en medio de presupuestos reducidos y dificultades vinculadas a la pandemia de coronavirus.
Hoy, en el departamento General Güemes, en la zona del Impenetrable, apenas recibieron dos camiones cisterna, pero no es suficiente para cubrir tanto tiempo sin precipitaciones. En las localidades de Castelli, Miraflores, Fuerte Esperanza, Pompeya y El Sausalito las reservas se agotaron hasta de las napas y la hacienda se muere o no se puede vender por el mal estado.
“Acá se hace cosecha de agua de lluvia, y de ahí se saca para dar a los animales. Lo que ocurre es que ya no queda nada, ni siquiera agua salada, y nunca declararon la emergencia agropecuaria, así que no sabemos cómo vamos a seguir”, le contó a Infocampo el técnico Alejandro Galarza, que trabaja en varios campos de la zona y es hijo de un productor ganadero.
En Güemes, la sequía está provocando serios daños a la producción ganadera, con pérdidas que crecen día a día y sin asistencia estatal. “Quizás se olvidaron de nosotros por el conflicto de Vicentin o el Covid-19“, deslizan los ruralistas.
Galarza asegura que, en estos momentos, lo único que se puede hacer es esperar la lluvia, mientras cae abruptamente el negocio. “Los productores no consiguen precios razonables para la hacienda, y no invierten más que en forraje, que encima está a un valor muy elevado”, detalló.
El intendente de Miraflores, Jorge Frank, convocó a Galarza y lo recibió en la mañana de este miércoles, y prometió avanzar, aunque reconoció que no cuentan con recursos de coparticipación.
Las imágenes que Galarza envió a Infocampo hablan por sí solas: