Comenzó la siembra de trigo y en ella están puestas muchas expectativas. Ya está sembrado el 30% del área, de las 6,8 millones de hectáreas esperadas, y la falta de lluvias puso un freno al avance inicial.
Sin embargo, la industria molinera haya proyecciones para la nueva campaña, de la que se esperan 21 millones de toneladas, y habla de los desafíos.
Diego Cifarelli (Foto), presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), brindó una entrevista a la agencia de noticias Telam, y repasó aspectos desafiantes que tiene la cadena triguera.
Afirmó que el sector está en condiciones de triplicar la producción y recalcó la necesidad de que el país defina “un plan estratégico de cara a la exportación” de trigo.
“La expectativa es crecer, satisfaciendo las necesidades de las máquinas que hoy tenemos paradas. La molinería argentina puede abastecer tres argentinas y hoy está abasteciendo solo a una, con un poquito de exportación”, manifestó, considerando que el país exporta 500.000 a 800.000 kilos de harina por año.
Argentina, en la campaña triguera pasada, produjo unas 20 millones de toneladas de trigo. A grandes números, cinco millones se consumieron en el mercado interno y otra quince se exportaron, de las cuales menos de un millón de toneladas se vendieron como valor agregado.
“No tenemos un plan en el cual estemos todos incluidos de cara al futuro en el aspecto productivo y de exportación”, advirtió Cifarelli.
A lo que realmente aspira el directo es al valor agregado de las materias primas.
La gestión del gobierno de turno deberá entender que estratégicamente para salir adelante se debe exportar.