La rama negra es una de las principales malezas a nivel nacional, expandiéndose por casi toda la superficie agrícola. La resistencia a glifosato de esta especie fue confirmada hace más de 5 años y está ampliamente distribuida, mientras que la resistencia a inhibidores de ALS fue confirmada el año pasado en un biotipo del sur de Santa Fe y, ahora, está en expansión.
Ahora, el equipo conformado por los consultores Alejandro Bagnolo, Eduardo Cortés y Marcos Mitelsky y el investigador Ignacio Dellaferrera (Conicet y FCA UNL), trabajó con un biotipo del norte de Buenos Aires y volvieron a confirmar esta resistencia a los ALS, pero en preemergencia.
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Sin embargo, el equipo fue más allá y, ante los escapes visualizados a campo, vienen trabajando con la evaluación de otros herbicidas post-emergentes, como el Dicamba y el inhibidor de PPO, Saflufenacil.
En estos casos determinaron que las dosis necesarias para el control del 80% de la biomasa de la especie estuvo por encima de la dosis de uso recomendada. Así se encontró que estos activos están al borde de la pérdida de efectividad. Así se encuentra una nueva “alerta amarilla” de sospecha de resistencia para la Red de manejo de plagas (REM), de Aapresid.
Si bien todavía se registra buen control con Flumioxazin y Terbutilazina (como herbicidas pre emergentes de uso en trigo) y Atrazina (en barbecho a maíz), la posible pérdida de estos valiosos principios activos reduce muchísimo las alternativas de control químico. Otra estrategia posible es la incorporación del doble golpe