Argentina es el segundo país del mundo en lo que refiere a extensión territorial para producción orgánica, detrás de Australia. De allí, la importancia de esta cadena.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) organizan un encuentro con productores, operadores y comercializadores de producción orgánica de la región pampeana.
La cita será el 3 de diciembre, de 9 a 14 horas, en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires Auditorio de la Biblioteca Central (Campus Universitario Paraje Arroyo Seco, Tandil, Buenos Aires).
Como parte de esta reunión se tratarán temas como la importancia del valor agregado, el acceso al mercado, relevamiento y oportunidades de valor para la producción orgánica y acciones de la mesa nacional.
En la Argentina, la producción orgánica está regulada por la Ley 25.127, estando definida, a su vez, por organismos oficiales y privados internacionalmente reconocidos, como el Codex Alimentarius o la Asociación IFOAM; e incluye un sistema de certificación y control.
De esta forma, los términos orgánico, ecológico y biológico son sinónimos y solo pueden aplicarse a productos que cumplan con esta ley. La misma, basa en el uso mínimo de insumos externos, sin uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, ni manipulación genética.
En datos, la industria orgánica cuenta con 1.138 productores; 399 elaboradores y 116 comercializadores certificados y se exportan 165.867 toneladas, de las cuales 1.108 son de origen animal, principalmente miel. Casi el 99% de la producción es de exportación, Estados Unidos es el principal destino con el 43%, y Europa con el 36%.