La producción lechera global están atraviesa una crisis de desaparición de productores. En Latinoamérica Sur, al parece, las circunstancias no son excepcionales a esta regla.
Según el Censo Agrícola 2017, publicado recientemente por el IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística) y que difundió en Observatorio de la Cadena Láctea, el número de propiedades que producían leche de vaca en Brasil está en 1.176.295 en 2017.
Esto representa un 13% más bajo que lo monitoreado por el Censo Agrícola 2006, que totalizó 1.350 .809 establecimientos. Por lo tanto, durante este intervalo de once años, aproximadamente se perdieron 175.000 propiedades.
Entre estas propiedades que “desaparecieron”, se destacan los pequeños productores, de hasta cinco hectáreas, cuyo número se redujo en un 22%.
Según lo informado la próxima, de los 1.176.295 productores lecheros mapeados por el Censo 2017, solo 634.480 comercializaron su producción de leche. Por lo tanto, la leche consumida por la mayoría de los brasileños proviene solo del 54% de los productores. El 46% restante puede “ir y venir” del mercado, dependiendo de los precios pagados y la rentabilidad de la actividad.
Por lo tanto, esta enorme fragmentación, contribuye significativamente a las fluctuaciones de precios en el mercado y la inestabilidad de las cantidades pagadas a los productores. Por lo tanto, uno de los principales problemas del productor es el propio productor (uno que forma parte del 46% no vendido).