“El ciclo 2019/20 parecía dejar claro que la agricultura se alejaba definitivamente de los años donde la soja dominaba inexorablemente. El área triguera en seis años pasó de estar anclada en un nivel de siembra de 600 mil ha a una siembra récord de 1,7 M ha en este 2019/20. Lo mismo se esperaba para el maíz: hasta agosto, se esperaba un 10% de suba en área maicera, respecto al año pasado. Pero tras la falta de lluvias de septiembre y octubre y la incertidumbre de no saber qué nuevos cambios pueden afectar los márgenes de los cultivos, se sembrará un 7% menos de maíz en la región núcleo, o sea 1,3 M de ha. Los técnicos de la región alertan del riesgo ambiental y económico que implica dejar de sembrar gramíneas: “rotar con maíz y trigo es la forma más eficiente de producir cuidando el ambiente. Baja la presión de malezas y enfermedades y el riesgo de inundaciones. Los rindes siempre son más estables y altos en campos bien rotados”, afirmó la Bolsa de Comercio de Rosario.
La Guía Estratégica para el Agro señaló que “Se sembraron casi 1,1 M ha de soja en los últimos 7 días Se trata de un 30% de soja de primera, que en el tirón de los últimos 7 días fueron implantadas, a pesar de las interrupciones de las lluvias. De esta manera se alcanzó a cubrir el 45% del área, poniéndose cabeza a cabeza con el promedio de progreso de los últimos cinco años a esta misma fecha. Al comienzo de la semana, la siembra se vio detenida por los temporales que dejaron entre 30 y más de 50 mm en la franja este de la región. Ramallo, la privilegiada de la semana, registró 78,6 mm. Clason le sigue con un total semanal de 64 mm. En el centro y oeste los acumulados fueron inferiores a los 10 mm. Los primeros cuadros sembrados están emergiendo en muy buen estado. Las malezas acechan, sobre todo en dónde no se llegó a tiempo con los barbechos. Rama negra, yuyo colorado y malezas resistentes son las que más dolores de cabeza causan a los productores”.
Por último, el GEA que elabora la BCR, aclaró que “el rinde triguero se juega su última carta contra el calor. Con días frescos, ideales para el llenado, así había comenzado la etapa que define el peso de los granos de trigo. Pero el aumento de las temperaturas de estos días comienza a atemorizar ya que puede arrebatar el grano y adelantar la cosecha, afectando el rinde. Otro temor son las enfermedades. Los focos de Fusariosis siguen latentes, los ataques del complejo de roya van en aumento. Pero, dado el avanzado estado fenológico, el impacto en los rindes sería bajo”.
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