El maní se produce en más de 498.700 hectáreas dentro de Argentina, con mayor concentración en Córdoba, aunque en las últimas campañas este cultivo se extendió también a provincias como San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe y Jujuy. Más del 90% de lo que se produce en el país es exportado a los Países Bajos, Reino Unido y Rusia, entre otros destinos. Pero la búsqueda de nuevos mercados internacionales se plantea un sólo objetivo: potenciar la calidad.
En la XXXIV Jornada Nacional del Maní que se realizó en General Cabrera, Córdoba, el gerente del programa Pronutiva y tratamiento de semillas de UPL Argentina, Rafael Olivella, detalló cuáles son los efectos de las aplicaciones foliares en el rendimiento y la calidad del maní, con la incorporación de extractos vegetales con acción bioestimulante, uno de los puntos clave del programa que lidera desde 2015.
UPL ocupa el primer puesto en biosoluciones a nivel global. En Argentina, desde hace cuatro campañas, Pronutiva crece en base al concepto de integrar las biosoluciones a la protección de cultivos. Es decir, al control de plagas, malezas y enfermedades, se suma la bioestimulación y reducción del estrés del cultivo, lo que redunda en frutos de mayor calidad.
“Al momento de aplicar el terápico de semillas Rancona Dimensión, agregamos un bioestimulante como Biozyme TF para conseguir una mejor implantación y reducir el impacto de los problemas de nacimiento que tiene el maní, que es una semilla de gran tamaño cuya energía germinativa y, por ende, su emergencia, se ven afectadas por las temperaturas del suelo”, explica Olivella.
Sumando Biozyme, que contiene extractos vegetales con efecto bioestimulante, se logra que la semilla de maní tome mayor vigor y consiga mejor y más rápida emergencia, aún con bajas temperaturas, uno de los problemas habituales para la principal zona manicera a la hora de sembrar.
Una vez que está emergido el maní, generalmente a fines de diciembre, empieza el momento de clavado. “Ahí entramos con Biotron Plus, que es un antiestresante y ayuda a atenuar los problemas que haya tenido el cultivo, ya sea por las temperaturas o por la fitotoxicidad que se suele dar, ya que en el maní se hacen muchos controles con combinaciones de herbicidas para tener el lote limpio y eso puede generar un parate en el cultivo”, detalla, y comenta que “Biotron plus mejora ese perfil y saca al maní del estrés temporal”.
En ese momento también se aplica el fungicida Evito T Pack Maní, una mezcla de Fluxoastrobin y Tebuconazole con el que se vuelve a incorporar Biozyme para mejorar la formación de los primeros frutos y tener un clavado uniforme. “La segunda entrada de fungicida, que generalmente rota principios activos, se centra en el control de viruela, y ahí es donde agregamos un producto llamado K-Fol, que tiene potasio y fósforo y mejora el llenado de las cajas de maní, consiguiendo un buen tamaño, gran calibre y mejor calidad”, asegura.
Los tratamientos de semillas son la tecnología más utilizada. Queda todavía que los productores experimenten los beneficios concretos que presentan los foliares, que aunque no se perciben a simple vista, tienen beneficios comprobados. Lo cierto es que con estos aportes, el maní puede sumar unos 500 kilos de rendimiento por hectárea y mejorar en un 10% los valores de calidad confitera, uno de los principales objetivos de la producción de maní para su inserción en el mundo.
El programa Pronutiva es cada vez más valorado por los productores. “A la hora de la cosecha salta a la vista la mejora en el grano y la menor pérdida por cajas partidas, lo que hace que el maní llegue en condiciones mucho mejores a la zaranda de calidad”, insiste Olivella.