La ONG Equalia, que promueve los derechos de los animales, publicó una cámara oculta donde pone al descubierto las malas prácticas en un matadero español. En el mismo puede observarse que los corderos son lanzados al aire, pateados y golpeados antes de ser sacrificados.
El maltrato animal no se justifica ni en un matadero, ya que hay normas establecidas para que los animales no sufran innecesariamente.
Las imágenes obtenidas en un matadero de Villarejo de Salvanés, en la Comunidad de Madrid, acompañan la denuncia penal que presentaron ante el Juzgado de Instrucción de Madrid.
El matadero se especializa en el sacrificio de corderos, cabras, ovejas y vacas, pero no está trabajando de acuerdo a las normativas. La ONG resalta la necesidad de incorporar cámaras de vigilancia para controlar el cumplimiento de las reglamentaciones que defienden los derechos de los animales y los consumidores.
“Las imágenes hablan por sí solas: corderos lanzados, pateados y golpeados. Un trabajador se tira repetidamente encima de ellos. Varios corderos son degollados sin ser aturdidos, a pesar de que el aturdidor permanece al lado de uno de los operarios”, aseguran representantes de Equalia.
También denuncian que “el matarife desatiende sus funciones, de modo que algunos corderos pasan sin ser desangrados, permaneciendo colgados junto al resto de animales muertos: uno de ellos llegó a estar colgado plenamente consciente hasta media hora, momento en que la imagen pierde el rastro del animal”.
Ademas de la crueldad animal, las irregularidades ponen en riesgo la salud de los consumidores.
“Algunas ovejas llevadas a sacrificio no se sostienen en pie o están enfermas, y son llevadas a la cinta transportadora para entrar en la zona de desangrado, una de ellas fue filmada agonizando la noche anterior y pasaron diez horas hasta que fue llevada a la zona de matanza”, expresaron desde la organización.
La normativa vigente en España, que según se aprecia en las imágenes no se está cumpliendo, determina que “un animal que no pueda andar, no será arrastrado ni transportado al lugar de la matanza, y se sacrificará in situ, allí donde yazca”.
A estas agresiones, se suma el peligro que representan las condiciones sanitarias del matadero para los propios trabajadores: “Condiciones higiénicas preocupantes, con corrales llenos de heces y orines; en un ambiente de suciedad favorece la proliferación de pulgas y puede generar la acumulación de gases que afectan al sistema respiratorio, poniendo en riesgo incluso la propia salud de los trabajadores”.
Por eso exigen la instalación de un sistema de control con cámaras de video que registren la actividad en los mataderos, que incluso pueden servir a efectos de certificar la calidad de los productos.