El negocio lechero sigue recuperándose, pero cada mes que transcurre demuestra que todavía falta mucho más para que el productor esté totalmente equilibrado.
Recientemente, una cuadro de precios publicado por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) resumió valores y variaciones de la leche en el mes de agosto.
En síntesis, se observa que el litro de leche al productor se pagó $15,38 (0,5 por ciento más respecto a julio), lo que representó un alza de precios nominales de 107,6 por ciento, respecto a agosto de 2018. Por su parte, en dólares el precio fue de U$S 0,29, seis centavos menos que el mes anterior.
“Hubo un aumento muy fuerte de precios al productor, durante este año. Hasta julio, la variación del valor nominal fue muy importante”, destaca Santiago Moro, analista del área de lechería del Movimiento CREA. (Ver gráfico)
En rigor, dice el técnico, descontando la inflación, el alza del precio reales para el productor fue del 40 por ciento, “que es muy bueno”, aclara, considerando los años complicados que atraviesa el sector. Sin embargo, agrega, que no es suficiente para lo que necesita el tambero. Algunos meses buenos, no son representativos de la película completa.
Moro cita el “Informe Lácteo” que hace el Movimiento, que compara el índice de costos versus el índice de rentabilidad. “Por ahora, los índices son muy parejos. Los productores destacan una sensible mejora en su rentabilidad desde marzo, que es lo que estamos viendo en nuestro trabajo”, admite, lo cual significa que desde el tercer mes de este año hasta la actualidad, los lecheros empezaron a levantar un poco la cabeza. Esta mejora de la competitividad, añade el analista, va llegando a los tambos con cuatro meses de atraso.
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Por su parte, el “Apunte para empresas del Agro”, que hace la consultora Zorraquín+Meneses, coincidin con los comentarios de Moro: “Todavía existe inercia de la suba de precios de más del 100% en los últimos doce meses”.
Sin embargo, algunos meses buenos son una foto y no la película entera. En este sentido y para lo que resta de 2019, Zorraquín+Meneses destacan que, a partir de ahora, “la capacidad de pago -de los tamberos- se deteriora rápidamente, sumado a un aumento de los costos dolarizados del tambo”.
Está claro que la demanda del mercado interno es incierta ya que está afectado el poder adquisitivo del consumidor. La alternativa, para defender el negocio, es la exportación. Moro pondera que comienzan los meses en los que sube el precio internacional del litro del leche.
Por su parte, las alertas del tablero lechero, ahora, están en el lote. “Productivamente, la falta de lluvias impacta en el presupuesto forrajero en muchas zonas, lo que es contrario a las intenciones de los productores que quieren defender el pasto, porque es recurso más barato. La ventaja es que, a diferencia del año pasado, el costo del silo de maíz -insumo clave para el tambo- es más barato”, afirma el analista de CREA. Uniendo estos dos cabos sueltos, es un momento fundamental para conjugar la eficiencia técnica y la económica.
Muchos años complicados versus algunos meses de recomposición de negocio. Todavía falta mucho camino por recorrer.