Las vitaminas, los minerales y los aminoácidos son los aliados de aquellos productores que buscan alimentar a sus animales con una dieta balanceada y a través de una mayor eficiencia de recursos.
“Proporcionar una dieta balanceada rica en todos los nutrientes es esencial para garantizar el éxito de los productores de aves, cerdos y ganado en general. El futuro de la nutrición animal está relacionado con la reducción de costos de producción, la sustentabilidad y la eficiencia de los recursos: los productores deben producir más con menos y mientras tanto preservar el medio ambiente y el bienestar de los animales”, aseguró Nicolás Martinez, Ingeniero y Gerente Técnico de Nutrición Animal de BASF.
Las vitaminas y los minerales orgánicos ligados a la glicina, tales como el cobre, hierro, manganeso y zinc, son esenciales para la vitalidad, garantizando una alta productividad y fortaleciendo el sistema inmunológico animal.
Por lo tanto, una dieta balanceada en nutrientes es esencial para garantizar el éxito del productor pecuario. Los animales monogástricos, como pollos, cerdos y gallinas, carecen de suficiente fitasa intestinal para aprovechar el fósforo que está presente en los cereales y los componentes en base soja, que son base de su dieta. Por este motivo, los ingredientes deben ser correctamente suplementados con vitaminas, aminoácidos y otros minerales esenciales.
Natuphos®, por ejemplo, es una enzima natural que garantiza un mejor uso del fósforo y otros nutrientes importantes durante el proceso digestivo. Su inclusión en las dietas determina menor necesidad de agregar fuentes inorgánicas externas de fósforo a la alimentación, lo que proporciona un considerable ahorro de costos.
Al lograr una digestión más eficiente, se logra una menor excreción de nutrientes no digeridos, impactando positivamente el medio ambiente.
Por su parte, las carbohidrasas como Natugrain® TS de BASF cumplen un papel fundamental en la digestión y absorción de los polisacáridos no-almidonosos (PNA) presentes en los cereales. Además, favorece la homogeneidad de camadas, reduce la humedad de camas en aviarios, mejora la conversión alimentaria y el bienestar animal en general.
Con los animales inmuno-deprimidos, disminuyen los rendimientos productivos, aumentando los gastos veterinarios, que se suman a los costos por descarte y mortalidad.
Según Martinez, la incorrecta nutrición en aves y cerdos en general puede tener serias consecuencias para los animales.
“La pérdida de inmunidad abre la puerta a infecciones o problemas físicos y un desarrollo y crecimiento deficiente, por esto, los impactos negativos en la salud del animal perjudican económicamente al productor pecuario”, señaló el especialista.