El trigo avanza con óptimo crecimiento y desarrollo en toda la región pampeana. Hasta ahora, el cereal “se hizo” con la disponibilidad hídrica acumulada en los perfiles presiembra y luego de la implantación, las precipitaciones fueron escasas y acotadas. En los últimos veinte día, el avance de aire frío y la presencia de jornadas más soleadas acompañaron el desarrollo del cultivo.
Por esta combinación de factores, las reservas comienzan a agotarse y los suelos empiezan a manifestar síntomas de déficit.
De esta forma lo demuestra la información agroclimática que publica el Servicio Meteorólogico Nacional cada semana. En ella, se observa claramente la falta de humedad general de los suelos pampeano, tanto en los primeros centímetros como en profundidad.
La humedad edáfica escasa abarca un sector muy importante de Córdoba, pero también se extiende a sectores desde el centro de la provincia de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. En casi todas las subzonas, se evidencian condiciones de humedad regular a adecuada.
La situación no genera preocupación, por el momento. El cultivo avanza en un estado de pasto, ralo, sin demandar demasiada agua. Sin embargo, se encamina hacia etapas definitorias del rendimiento en las que la necesidad será decisiva.
De acuerdo a un informe climatológico reciente, publicado por la Bolsa de Comercio rosarina, se destacó que, “para los próximos quince días se necesitarían lluvias en el orden de los 10 a 30 milímetros para alcanzar condiciones de humedad óptima sobre el noreste de Buenos Aires y el este de Santa Fe. Pero sobre el resto de la zona central se requiere un promedio acumulado de 60 o 80 milímetros para optimizar las condiciones de humedad en el suelo”.
Como parte de este trabajo de la entidad rosarina, el experto José Luis Aiello proyectó que, “no se esperan lluvias significativas en lo que resta de agosto”, a lo que agregó que hay un importante gradiente de escasez de humedad hacia el oeste de la región central, más aun sobre Chaco y Santiago del Estero.