La hemoglobinuria se trata de una enfermedad infecciosa producida por una bacteria que afecta principalmente bovinos y ovinos.
Los especialistas del INTA aseguran que se caracteriza clínicamente por orina color rojiza y muerte súbita. A la necropsia se hace evidente el infarto a nivel del hígado, sitio del foco de infección de la bacteria.
Esta enfermedad se desarrolla por el daño producido a causa de la migración de un parásito, la fasciola, que al transitar por el hígado genera las condiciones ideales para que posteriormente se aloje y se multiplique la bacteria.
La presencia del parásito, a su vez, está condicionada por un determinado tipo de caracol que se encuentra en los arroyos y cañadas. Sin embargo, “en muchos casos de hemoglobinuria no es posible confirmar el daño producido por el parásito y se cree que otros factores podrían generar las condiciones en el hígado necesarias para la multiplicación de la bacteria”, detallaron desde el organismo.
A partir de las numerosas consultas en la región productiva de la Cuenca de Río Salado, técnicos de la Estación Experimental del INTA intensificaron su observación a campo, acompañando a los productores con pautas preventivas en el manejo sanitario.
“Desde el mes de enero ha sido frecuente la consulta de veterinarios en las Agencias de Extensión de la zona acerca de casos de hemoglobinuria en bovinos”, comentaron los técnicos del INTA Cuenca del Salado”, y agregaron que “en su mayoría fueron diagnosticados por los hallazgos de la necropsia, hasta lográndose en uno de los casos aislar la bacteria”.
Asimismo, indicaron desde el INTA que en algunos de estos casos fue evidente la presencia de fasciolas, “no solo por observación directa en hígado, sino que también por observación de huevos en materia fecal, mientras que en otros casos, no fue posible evidenciar la presencia del parásito”.
Lo más importante de esta enfermedad, es que “no existe un tratamiento que sea eficaz”, indicaron los profesionales del INTA pero sostienen que “la prevención a través del uso de vacunas es el mecanismo de control más eficiente”.
De todas formas, advierten que “también resulta importante controlar la fasciola por medio del uso de antiparasitarios apropiados y manejo”.
Síntomas clínicos
• Curso agudo o sobreagudo, con muerte de animal en menos de 24 hs.
• Los animales están deprimidos, separados del rodeo, con fiebre, dolor abdominal manifiesto por el arqueo del lomo y rechazo a moverse, orina de color oscuro (por presencia de hemoglobina), diarrea marrón oscura con moco y sangre, ictericia y signos neurológicos.
Considerando estos aspectos, desde la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA, sus técnicos sugieren el diagnóstico de la enfermedad y la detección de los factores determinantes para poder implementar una correcta forma de prevención, control y tratamiento.