Con el fin de preservar a esta especie esencial en nuestras vidas, miles de investigadores están en continua búsqueda de herramientas para que la población de abejas aumente.
Sus requerimientos son muy básicos para sobrevivir: un recurso florar para alimentarse y cuidarse de las amenazas tanto biológicas (patógenos causantes de enfermedades) como antrópicas (a causa de los insumos agrícolas utilizados indiscriminadamente).
“Los polinizadores, particularmente las abejas, desempeñan un papel vital en el apoyo a los ecosistemas en paisajes agrícolas, urbanos y naturales”, dijo Christina Grozinger, distinguida profesora de entomología y directora del Centro de Investigación de Polinizadores en el Colegio de Ciencias Agrícolas de Penn State, Estados Unidos.
Sin embargo, los apicultores de Pensilvania pierden casi el 50% de sus colonias de abejas de miel cada invierno y varias especies de abejas silvestres, entre ellas el abejorro Bombus pensylvanicus, están amenazadas o en peligro de extinción.
Estas tendencias no solo están ocurriendo en Estados Unidos, sino que en todo el mundo. “Sabemos que las poblaciones de abejas están disminuyendo debido a varios factores estresantes clave, que incluyen la exposición a insecticidas, la abundancia reducida y la diversidad de las plantas con flores de las que dependen las abejas para su alimentación, y la pérdida del hábitat de anidación para las abejas silvestres“, sostuvo.
Frente a este marco, Grozinger y sus colegas diseñaron Beescape.org, una herramienta para que los apicultores, jardineros, cultivadores y administradores de tierras evalúen la calidad de sus paisajes para apoyar a las abejas y las abejas silvestres manejadas.
El trabajo del equipo de investigación creó métodos para estimar la calidad del forraje, la calidad del hábitat de anidación y la carga de insecticidas en un paisaje.
Beescape.org permite a los usuarios seleccionar una ubicación específica, por ejemplo, el apiario donde albergan sus colonias de abejas, su huerto o su granja, y obtener “puntajes de calidad paisajística” para la región circundante, hasta 5 kilómetros de distancia. Los usuarios también pueden examinar los cultivos que se cultivan en las áreas que los rodean.
“Beescape permite que las personas vean el mundo como una abeja, lo que les ayudará a tomar decisiones sobre dónde colocar sus colonias o pasos que ellos y sus vecinos pueden tomar, como plantar jardines de polinizadores o reducir el uso de insecticidas, para hacer el paisaje más amigable para abejas”, indicó Maggie Douglas, colaboradora del proyecto y profesora asistente en Dickinson College en Carlisle.
Es importante destacar que Beescape permite a los investigadores asociarse con apicultores y jardineros para recopilar información sobre el estado de sus abejas. Los datos generados por esta asociación y la comunidad de colaboradores ayudarán a los investigadores a calcular mejor la forma en que estos puntajes de calidad del paisaje se traducen en resultados de salud para las abejas.
“Con los datos proporcionados por apicultores de paisajes agrícolas, rurales y urbanos en varios estados, podremos desarrollar modelos predictivos de alta calidad que se incluirán en el sitio web en el futuro”, recalcó Melanie Kammerer Allen, estudiante de posgrado en ecología en Penn State, quien también está involucrada en el proyecto, y agregó: “Esto permitirá que los apicultores determinen si deben proporcionarles a las abejas alimentos suplementarios, por ejemplo, o si un productor decide si deben agregar hábitat de anidación de polinizadores cerca de sus cultivo”.
Por último, indicaron que el sitio actualmente tiene información de mapas de algunos estados del país norteamericano. Sin embargo, es un buen modelo a seguir y que investigadores de todo el mundo lo puedan adoptar.
