A muchos agrónomos, técnicos agropecuarios, estudiantes, tamberos y demás les interesa saber cómo llevan adelante la producción de leche en uno de los principal países productores: Nueva Zelanda.
Además de tener paisajes increíbles y una calidad de vida excelente, la actividad lechera se destaca dentro de sus producciones por los altos rindes que obtienen, las practicas de manejo del forraje y el manejo con los animales.
Muchos viajeros de todo el mundo que apuestan a vivir en campos, migran allí para tener experiencias laborales en estos establecimientos y aprender “de los mejores”.
Adoptan técnicas de manejo, tipos de instalaciones de ordeñe, manejo de efluentes, manejo de la nutrición animal, que desde Argentina incorporamos y tratamos de “copiar” para mejorar nuestra producción.
Hay que remarcar que en nuestro país predominan los establecimientos “semi intensivos ó semi extensivos” y no totalmente extensivos ya que las condiciones climáticas no son muy favorables para que los animales se alimenten puramente de pasturas o pastizales naturales. Por esto es necesario la suplementación para cubrir los requerimientos faltantes, representando a la alimentación, como el mayor costo de producción.
También, es sabido que en nuestro país se está viviendo una crisis muy importante en el sector, provocando que muchos tambos cierren y se deje la actividad por los altos costos, el bajo precio que le pagan al tambero por litro de leche y las políticas públicas que los complica día a día.
En esta oportunidad, Infocampo conversó con Tom Monk, un joven trabajador que está a cargo de su establecimiento familiar y relató cómo es un típico día en Nueva Zelanda:
Un típico trabajador de un tambo en nuestro país suele salir de su casa para comenzar a trabajar a las 4:30 de la mañana para arrear las vacas de los potreros hasta la sala de ordeñe.
Una vez que llegan ahí, comienza el ordeñe. El arreo de las vacas se hace de una forma silenciosa, sin implementos que las dañen para no generar estrés y que esto se vea reflejado en la cantidad de leche producida (recordar que la adrenalina bloquea el sitio de acción de la oxitocina, provocando una disminución en la bajada de leche).
El tiempo que se pasan ordeñando las vacas depende del tipo de instalaciones que posee el tambo, ya sea espinas de pescado, tambo rotativo, robótico, etc pero por lo general, varía entre 1 a 4 horas dependiendo también de la cantidad de vacas .
Luego de que la última vaca se ordeña, se procede a lavar toda la instalación. Este paso es muy importante ya que su mal manejo puede provocar efluentes difíciles de tratar, hasta se puede contaminar la leche.
Ya pasada la temprana mañana, los trabajadores tienen un descanso para desayunar y recargar energías para lo que queda del día.
Quienes no conocen para nada la actividad, pensarán que acá se acabó la historia, pero no. Quedan muchas actividades a realizar en el establecimiento para lograr que el mismo sea lo más eficiente posible y obtener la mayor cantidad de litros de leche por vaca.
Estas tareas pueden consistir en: la medición de pasturas, riego, comprobar stock agua y de suplemento para la alimentación, chequear los alambres, armar parcelas, armar el alimento balanceado con sus respectivas proporciones y demás.
Además de esto, los trabajadores del establecimiento pasan tiempo verificando a los animales, cómo está su condición corporal, si se ven “desanimadas” o con algún problema sanitario, si están juntas o alguna alejada. Es decir, observar por si ven algo fuera de lo normal, que lo puedan solucionar a tiempo.
Pero principalmente, dedican tiempo a evaluar cómo se alimentan, cada cuanto y con qué según la época del año y según el rodeo que se esté chequeando (vacas secas, de descarte, vacas en ordeñe) para armar el balanceado a suplementar lo más eficientemente posible y cubrir todos los requerimientos que el animal necesita en esa etapa de producción.
Tras un nuevo descanso de los trabajadores, se repite el arreo moviendo las vacas de las pasturas a la instalación de ordeñe para realizar el segundo ordeñe del día.
Se lava nuevamente la máquina, y esta vez las vacas son llevadas a otro potrero con pasturas, donde pasarán el resto del día hasta la mañana siguiente.
Finalizado esto, es tiempo de tomarse “una buena cerveza” y una comida caliente para compartir momentos y anécdotas con todos los que forman parte del lugar.
En cuanto a nuestro tambo en particular, actualmente estamos ordeñando 2900 vacas, la mayoría de raza Jersey y algunas Holstein, y tenemos la visión de llegar a la próxima temporada con un total de 3200 animales.
La pastura que utilizamos durante todo el año es raygrass y trébol blanco (cabe remarcar que estas son los forrajes más utilizados en Nueva Zelanda y su productividad es excelente. En Argentina, debido a las condiciones climáticas cambiantes y demás cuestiones de relieve, textura de suelo y manejo, es más difícil que prosperen bien en todos los ambientes, más precisamente en las lomas es donde mejor funcionan sin darle ninguna chance a los bajos).
En cuanto al suplemento que otorgamos, durante la temporada se alimentan con una mezcla de pasto ensilado, orujo de uva, aceite de palma y una mezcla de galletas rotas con minerales añadidos en él.