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Investigadores aseguran que los pollos engordan más con harina de vísceras de pescado

A partir de un ensayo realizado en Colombia, una Ing. Agr dio a conocer el siguiente resultado: se puede lograr un aumento significativo del peso de los pollos gracias a este residuo pesquero, logrando a la vez, un menor impacto ambiental. Los detalles.

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La Ing. Agr. Latife Luquez Pérez, candidata a magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, fue quien determinó que las vísceras de los pescados que los pescadores arrojan a la ciénaga de Zapatosa (una especie de pantano]) tienen un importante potencial nutricional para las aves.

Frente a este escenario, señaló que 50 de cada 100 gramos de este residuo corresponden a proteína, 25 a grasa, 15 a minerales y los 10 restantes a fibra y carbohidratos.

“El índice de proteína de las vísceras es similar al que se puede hallar en la harina de soja, muy utilizada en producción animal. Por esta razón, el aprovechamiento de estos residuos fortalecería la economía de las familias de pescadores, muchas de las cuales tienen ingresos bajos”, afirmó la investigadora.

Indicó que si bien la mayoría de estas familias solo cuenta con la pesca como fuente de ingresos, algunos crían aves para el autoconsumo y el excedente, lo llevan al mercado para obtener un ingreso extra.

Gracias a las innovaciones tecnológicas que se dan en el mundo nutricional, como por ejemplo la producción de harina (algo que asegura que ellos mismo pueden realizar), fortalecerían la avicultura en la zona como segunda actividad productiva y, por esa vía, ayudarían a reducir la sobreexplotación pesquera.

Una opción que causa un menor impacto ambiental

Según la profesional, las vísceras representan alrededor del 10 % del peso de los peces de agua dulce. En esa línea, tomando como referencia un informe del Servicio Estadístico Pesquero Colombiano, en los últimos cinco años se habrían arrojado 406 toneladas de este residuo a la ciénaga sin contar la pesca no reportada o ilegal.

“Los pescadores retiran las vísceras y las tiran en las orillas, contaminando las aguas provocando una disminución del oxígeno disuelto en la ciénaga y un posible proceso de eutrofización (acumulación de residuos orgánicos que desequilibra el ecosistema y conlleva a la proliferación de algunas plantas)”, afirmó la ingeniera.

El estudio fue financiado por la Gobernación del Cesar y dirigido por el profesor José Igor Hleap, de la U.N. Sede Palmira. En primera instancia se realizó una encuesta socioeconómica a las familias de pescadores, por medio de la cual se indagó sobre sus prácticas de disposición del material residual, además de los niveles y fuentes de ingresos.

Muestras en cinco municipios

Las muestras de vísceras fueron recolectadas en puntos de desembarcos pesqueros de los cinco municipios que rodean la ciénaga de la Zapatosa: Chimichagua, Curumaní, Chiriguaná, El Banco y Tamalameque.

Informaron que el material fue congelado y llevado a un laboratorio en Valledupar para su análisis bromatológico y microbiológico, con el fin de verificar si presentaba alteración microbiana.

Las vísceras pasaron por procesos de cocción, para coagular las proteínas, y prensado, para separar la parte sólida del agua; los sólidos fueron secados en un horno y dispuestos para su enfriamiento antes de pasar por molinos y tamices.

Posteriormente, al polvo resultante se le adicionó un antioxidante, para una mejor conservación, y se almacenó en sacos bajo condiciones adecuadas de humedad, temperatura y luz.

“A la harina obtenida también le hicimos estudios de proteína, grasas y microorganismos, entre otros. Observamos que contiene gran parte de los aminoácidos y ácidos grasos esenciales para el buen funcionamiento del organismo animal, además de ser muy digestible, por lo que la probamos como suplemento para pollos”, detalló la investigadora.

El estudio

Con el fin de evaluar los resultados de la harina de vísceras en el suplemento para estos ejemplares aviares, se utilizaron 100 pollos divididos en cuatro grupos de la misma cantidad, cada uno de los cuales recibió un tratamiento diferente: el testigo consistió en la dieta convencional; en el número uno se suministró un suplemento del 5 %, en el número dos, uno del 10 % y, en el número tres, uno del 15 %.

Tras seis semanas de recibir el suplemento de harina, equivalente al 10 % de la dieta, los pollos pesaron hasta 2,2 kilos, mientras que los que recibieron la alimentación convencional llegaron a 1,5 kilos.

El procedimiento para obtener la harina fue socializado en talleres con los pescadores, quienes mostraron interés dado que dicha alternativa no les representa costos adicionales relevantes.

“A partir de este trabajo queremos dejar ante la Gobernación del Cesar una idea productiva para mitigar el impacto ambiental negativo que genera la sobreexplotación, porque creemos que la región necesita una mirada hacia el aprovechamiento de los residuos pesqueros y nuevas alternativas económicas”, concluyó la investigadora.

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