Con una superficie de 278 millones de hectáreas, la República Argentina ocupa el puesto número 8 de los países con mayor extensión territorial. Sumado a esto, la diversidad climática lo posiciona como uno de los principales productores y exportadores de alimentos del mundo. Sin embargo, una de las veintitrés provincias que conforma el país encontró un negocio a partir de la tierra que no son los alimentos, si no la materia orgánica que en ella se descompone.
“Tierra del Fuego será la primera provincia del país en producir y exportar un fertilizante agrícola derivado de la turba, un material orgánico que se forma por la descomposición de restos vegetales y que es típico del suelo fueguino” informó télam.
De acuerdo con fuentes oficiales del gobierno de la provincia, la turba se industrializará en una planta radicada en la ciudad de Ushuaia, con con mano de obra local. Las autoridades destacaron que el emprendimiento pudo concretarse luego de que el gobierno nacional reglamentó la industrialización de recursos originarios especiales para que pudieran ser incluidos en los beneficios de la ley 19.640 de promoción económica y fiscal vigente en el distrito.
El ministro de Industria fueguino, Ramiro Caballero, explicó que la planta de tratamiento de turba ubicada en el barrio Akar de Ushuaia fabricará un producto derivado de la “turba negra” que se utiliza en la preparación de suelos, ya que “sus propiedades mejoran la fertilidad, porosidad y potencial de cultivo”.
“Este fertilizante siempre provenía del exterior del país, y hoy vamos a producirlo en Tierra del Fuego. Nuestro trabajo ha sido acompañar a la empresa en los trámites ante organismos nacionales como el Senasa o la Aduana, para facilitar el proceso de comercialización y exportación del producto”, expresó el ministro.
También consideró que la turba tiene “un mercado creciente” y señaló que a futuro podría “generar fuentes de trabajo y potenciar la capacidad industrial de la provincia”.
“Lo que vamos a hacer es moler la especie turba negra hasta obtener partículas muy pequeñas que luego se diluyen en agua. Luego ese compuesto se deja reposar en tanques digestores y se lo somete a un proceso químico para obtener el material orgánico que es el que resulta de interés para la actividad agroindustrial”, detalló Rodrigo Guardamagna, encargado de las instalaciones que comenzarán a funcionar en los próximos días.