En una demostración más de la estupidez humana, una familia de Ringuelet (La Plata) tenía de mascota a un mono carayá, algo prohibido por la legislación argentina. Pero, además de eso, el mono se escapó y ahora anda por el barrio, ingresando a negocios, casas y hasta trepando del tendido eléctrico de la luz.
Por esa razón, el ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires emitió un comunicado para alentar a denunciar tráfico ilegal de la fauna silvestre.
Compartimos el comunicado completo del ministerio:
Con la intención de generar conciencia sobre las consecuencias de la tenencia de fauna y, a la vez, poner en valor los recursos naturales, el Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires recomienda evitar la captura y trasporte de animales silvestres, ya que esto puede conducir la extinción irremediable de la especie ocasionando así un grave daño a los ecosistemas naturales, además de causar posibles heridas o la muerte tanto a las personas como a los propios animales.
Las especies silvestres viven libres en la naturaleza de manera independiente del hombre para su reproducción o su alimentación, que abarca las poblaciones libres o cautivas (por ejemplo un león o un tigre); a diferencia de las especies domésticas que surgen porque el hombre los domesticó a partir de alguna especie silvestre. Este proceso de domesticación dura cientos de años y atraviesa muchas generaciones. Algunos de estos animales domésticos son dóciles y han sido criados para compañía y para convivir con personas como el perro, el gato, el canario y el cobayo.
En los últimos días, inclusive, un caso registrado en La Plata volvió a alertar sobre este tema. Un mono carayá que es tratado como una mascota por una familia de Ringuelet, lleva meses suelto metiéndose en las casas, en los negocios. Hasta se lo vio dentro de la Escuela Primaria N° 60 jugando con maestras.
El comportamiento responsable es evitar la compra de animales silvestres como mascotas, teniendo en cuenta que algunos animales silvestres son transmisores de enfermedades como tuberculosis, psitacosis, toxoplasmosis, herpes y filariasis. Además, la conducta de los animales silvestres es impredecible y cualquier situación desconocida para ellos podría generar un comportamiento agresivo que produzca daños y en muchos casos es motivo de abandono del animal.
El desconocimiento sobre su alimentación u otros requerimientos que permitan su bienestar hacen que estos animales sufran enfermedades, padezcan sufrimiento por aislamiento social con otros de su misma especie y también pueden provocar su muerte.
La Estación de Cría de Animales Silvestres (ECAS), dependiente del Ministerio de Agroindustria bonaerense, es un centro de cría y exhibición de especies de la fauna autóctona y exótica en semi-libertad y en recintos ambientados, las cuales son provenientes del mascotismo y el tráfico ilegal de fauna.
En el marco de denuncias de tráfico ilegal en las que la Dirección de Flora y Fauna viene trabajando, el ECAS recibió 300 ejemplares vivos de loros habladores de 600 que fueron secuestrados por Gendarmería en San Nicolás en un operativo de tráfico ilegal. La mortandad fue del 50%.
Estos loros habladores, que viven en el norte de Argentina, son extraídos de sus nidos, aun pichones, sin capacidad de alimentarse por sí mismos, para soportar un largo viaje con temperaturas altas, sufriendo la deshidratación e inanición. Durante los trayectos la mayoría de estas especies termina muriendo, convirtiéndose en víctima de la venta ilegal como mascotas.
Para denunciar la venta de especies prohibidas de animales silvestres, puede concurrir a la Dirección de Flora y Fauna ubicada en Calle 12 esq. 51, Torre I, 5° Piso (La Plata), o puede comunicarse al (0221)429-5206/36 o enviar un email a florayfauna@maa.gba.gov.ar.