La Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Fundación INAI realizaron un informe en el que analizaron los efectos de la posible pérdida de preferencias tras la decisión de Jair Bolsonaro de otorgarle a Donald Trump un cupo de trigo de 750 mil toneladas sin aranceles.
Según las entidades, el riesgo de que Estados Unidos le quite al trigo argentino una porción importante del mercado brasileño “parece bajo”, aunque advirtió que esta medida “tendrá un impacto en el precio FOB de Argentina, que deberá hacer un esfuerzo adicional para conservar su participación actual”.
Es que, de acuerdo a sus cálculos, de darse un escenario en el que EE.UU conserve sus exportaciones y sume 750 mil toneladas, la participación de Argentina en las importaciones de Brasil disminuiría de 87% a 75%. A ello, le sumo el hecho de que las consultoras prevén para la campaña 2019/20 una disminución de las importaciones brasileñas de trigo, ante un aumento de la producción al interno del país vecino.
¿Por qué no se temen mayores consecuencias?
La Bolsa y el INAI recordaron el compromiso de Brasil en el marco de la OMC que data de la Ronda Uruguay, en virtud del cual se le permite que 750.000 toneladas métricas de trigo ingresen libres de impuestos anualmente. Pero señalaron una particularidad: que la cuota debe ser erga omnes; es decir, puede ser utilizada por cualquier socio miembro de la organización internacional, y no solo Estados Unidos. De todas maneras, resaltaron que Brasil nunca implementó este compromiso, e incluso en 1996 notificó a la OMC su intención de eliminarlo.
“Ante este acuerdo con EE.UU., podría hacer uso de la cuota, pero no sería exclusiva. Caso
contrario, no estaría cumpliendo con sus obligaciones ante la OMC”, dijeron.
Paralelamente, analizaron otra alternativa para que Brasil pueda otorgarle una preferencia unilateral al trigo norteamericano, que tiene que ver con una normativa del Mercosur por la cual Brasil tiene el derecho de colocar hasta 100 productos en una Lista de Excepciones al AEC. De esta manera, sin mediar negociación, podría incluir al trigo dentro de su lista, y exceptuarlo del cobro del arancel. “Esto ya ha sucedido en algunas ocasiones, con mayor frecuencia entre 2008 y 2015, años en los que la oferta argentina de trigo se veía negativamente afectada por políticas de derechos y restricciones a las exportaciones”, señalaron las entidades.
El informe destacó además que Brasil es uno de los mayores importadores mundiales de trigo con un volumen promedio de 6,5 millones de toneladas en los últimos tres años, y que elige a Argentina como principal proveedor por la “competitividad de su producción, el menor costo de transporte dado por la
cercanía geográfica, la preferencia obtenida a través del Mercosur y las relaciones comerciales”.
En el caso de los Estados Unidos, durante los últimos años, sin ventajas arancelarias y con una oferta argentina sin restricciones, las exportaciones norteamericanas giraron en torno a las 300 mil toneladas.
“Se destaca, entonces, que si bien Estados Unidos ha mostrado tener capacidad para aprovechar las ventajas excepcionales que Brasil ha otorgado en materia arancelaria, siempre ha sido ante situaciones de escasez en la oferta argentina, que prácticamente la dejaban fuera del mercado. Debe analizarse, entonces, si esta rebaja arancelaria será suficiente para competir con una creciente oferta exportable de Argentina, que este año podría llegar a las 13 millones de toneladas”, sostuvieron ambas instituciones.
En ese sentido, consideraron que el riesgo de que Estados Unidos le quite al trigo argentino una porción
importante del mercado brasileño “parece bajo”. No obstante, advirtieron que esta medida “tendrá un impacto en el precio FOB Puertos Argentinos, que deberá hacer un esfuerzo adicional para conservar en Brasil su participación actual”.
“Al momento de anunciarse la medida, el mercado tomó nota de esta situación con un descenso de 6 USD/Ton del precio del trigo argentino“, remarcó el estudio.
¿Qué se puede hacer?
Las entidades analizaron las posibilidades de reacción de la Argentina si se concreta la medida de Bolsonaro y propusieron que:
- “En principio, si bien se desconoce la forma de implementación de la medida, la
adopción de un cupo OMC violaría la normativa del Mercosur, y Argentina podría
reclamar ante las instituciones del bloque”. - “Si ocurre una pérdida de mercado, Argentina podría requerir a Brasil alguna forma de compensación“.
- “Este caso pone sobre la mesa el debate sobre la flexibilización del Mercosur. Los países del bloque, ante la falta de avance en la agenda de negociaciones internacionales, vienen reclamando la posibilidad de negociar acuerdos comerciales de manera bilateral con socios extra-regionales”.