En el medio de la polémica que se desató en los últimos días por la reducción de stock de leche en los supermercados de todo el país, el Centro de la Industria Lechera (CIL), que nuclea a las principales empresas abastecedoras de la Argentina, confirmó que “efectivamente existe en la actualidad una menor oferta de productos lácteos”.
Según datos del CIL, la recepción de leche de sus asociados en el primer bimestre de este año fue un 12,5% inferior al mismo período del año anterior, y desde diciembre de 2018 la caída estacional llega al 23% (hasta febrero).
“Esta menor oferta de lácteos al consumidor, especialmente en productos frescos como la leche fluída, se explica por la baja estacional de la producción de materia prima, agudizada este año por los factores climáticos adversos (excesivas lluvias y olas de calor), las dificultades económicas-financieras sufridas por la cadena en el año anterior y la acumulación de compromisos comerciales que modificaron sensiblemente el cuadro anual de la demanda de leche”, aseguró la Cámara.
En tanto, indicó que a esto se suma “la conducta que han adoptado empresas poco formales, de acrecentar su política evasora como estrategia de competencia desleal”.
“La evasión o marginalidad, debemos recordar que afecta en múltiples sentidos comola reducción de ingresos fiscales, una sobrecarga impositiva a los que pagan, genera incremento artificial de los precios que finalmente se trasladan al consumidor, reduce los volúmenes exportables y puede limitar la provisión de productos masivos, abastecidos mayoritariamente por empresas formales”, detalló.
Y remarcó que el desvío de leche hacia estas empresas informales “le restan disponibilidad de materia prima para ser destinada a los productos frescos en aquellas formales, y se reubican en la elaboración de quesos, que también se vuelcan al circuito informal”.
“Es conocido que también la marginalidad permite encarar inversiones a cero costo, mientras cualquier empresa de la economía formal tiene que asumir tasas anuales de interés de entre el 60 / 70 % para obtener capital de trabajo o realizar inversiones. Éste constituye otro espacio para competir deslealmente”, consideró CIL.