El gobierno de Mendoza envió a la Legislatura provincial un proyecto de fondo anticíclico vitivinícola. La propuesta busca autorización para establecer un programa de cuatro años, con el objeto de estabilizar el mercado de productos vitivinícolas, de manera de darle mayor previsibilidad a toda la cadena de valor, a través de una política anti cíclica para el sector.
Para financiar este fondo, el Ejecutivo pide autorización para hacer uso de crédito público por un monto anual de $1.000 millones por ciclo agrícola, durante cuatro años. En total la toma de deuda será de $4.000 millones, con el objetivo de intervenir en el mercado, a fin de atender los desequilibrios en el sector vitivinícola.
Por su parte desde la oposición, el bloque Justicialista envió otro proyecto de ley, solicitando la declaración en emergencia Económica y Social del sector vitivinícola de la provincia de Mendoza y autorizar al Poder Ejecutivo a reasignar las partidas presupuestarias de hasta cuatro mil millones de pesos para la compra de uva al productor que garantice un precio base superior al 30% del costo de producción informado por el Instituto de Desarrollo Rural, o un mínimo de 7 pesos por kilo de uva Criolla, implementar líneas de créditos a tasa cero, e incrementar el subsidio de la energía eléctrica para riego agrícola entre otros.
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA): “vemos como acertadas tanto la iniciativa del gobierno de Mendoza, como la propuesta de la oposición. Entendemos que en ambos casos se están ocupando de la situación y por ello solicitamos a todos los bloques del poder legislativo tengan a bien resolver este tema, por el bien del sector vitivinícola”.
Los federados agregaron: “Creemos en la buena voluntad del arco político y que ante la grave situación, seguramente no entrarán en juego mezquindades políticas y que se terminará aprobando el fondo”.
Desde la entidad manifestaron que “en este camino hacia la recuperación y apertura de mercados para la exportación, es imprescindible sostener a los pequeños agricultores, que están a punto de abandonar sus fincas”.
“Es por ello que insistimos que la mayor parte de ese presupuesto sea aplicado a la compra de uva para mosto y de esta forma descomprimir el mercado y hacer que las industrias salgan de su ‘zona de confort’, esperando a los productores al momento de la cosecha con ofertas totalmente leoninas, que van desde elaboración con bajos litros por quintal hasta pagos en más de un año desde el mes de junio”, se dijo finalmente desde FAA.