En la primera mitad del año celebrábamos el llamado del Ministerio de Producción a integrar la Mesa de la Maquinaria Agrícola. El objetivo de su conformación fue el de lograr tener una agenda común sobre los puntos que afectan al sector y trabajar en consecuencia. Veníamos de un buen 2017 en el que el campo realizó importantes inversiones y, con la necesidad de trabajar en sintonía, la Mesa resultó el espacio propicio para plantear las preocupaciones del sector.
Todos sabemos que no ha sido un buen año y no contamos con buenas noticias del lado del financiamiento. La devaluación llevó un poco de calma al segmento exportador, pero la suba de las tasas frenó el acceso al crédito. Sigue siendo un tema clave y urgente, no sólo para nuestra industria sino para todo el sector productivo y esperamos que en los próximos meses podamos ver avances. Estamos arremangados, atravesando esta coyuntura.
En la agenda de la mesa se definieron ejes de trabajo; calidad e internacionalización; competitividad de los factores de producción; marcos normativo e impositivo y el financiamiento.
Frente a lo complejo del escenario existen ciertos puntos en los que hemos logrado avances interesantes.
Uno de ellos resulta de vital importancia para poder incorporar nuevas tecnologías y aprovechar los beneficios del uso de datos en tiempo real, la automatización de procesos y la telemetría. Se trata de la conectividad en las áreas rurales. El crecimiento de las redes de infraestructura es central para desplegar todo el potencial que la automatización puede aportar al trabajo de tractores, cosechadoras y maquinaria agrícola. Gran parte del desarrollo de la agricultura se relaciona con la posibilidad de estar conectado, hombre y máquina. Las máquinas generan datos constantemente que impactan directamente en la productividad y en el uso eficiente de las mismas.
Recientemente se realizaron licitaciones para otorgar licencias de explotación de frecuencias de 450MHz para 3000 localidades de todo el país. Desde el punto de vista de nuestro sector en particular y del campo en general, se trata de un paso clave para sacar mayor provecho del potencial de la tecnología.
Así como la conectividad, cada uno de los temas que se discuten en el contexto de la Mesa, afectan a un sector que desarrolla y da trabajo a cientos de PyMEs nacionales y genera miles de empleos a través de su cadena de valor.
En términos de Calidad se avanzó con los Reglamentos Técnicos buscando que se pueda adoptar un estándar de seguridad a la hora de producir maquinaria y como garantía del producto. El objetivo final es producir con estándares de nivel internacional.
En el mismo sentido el INTI presentó un proyecto relativo al desarrollo de proveedores: un sistema de proveedores vía plataforma web. Es una gran iniciativa de la que esperamos ver frutos.
Del lado de la exportación se trabajó en estrategias que permitan abrir nuevos mercados, de la mano de un modelo de transferencia tecnológica, además de la organización de rondas de negocios, misiones comerciales y participación en ferias internacionales.
Aún hay mucho por hacer, no nos quedamos en esto. En las discusiones relacionadas a mejorar la competitividad son innumerables los factores que influyen en los precios y generan la actual heterogeneidad que tiene el sector.
Se continúa trabajando sobre el saldo técnico del IVA. El IVA debe ser neutral para los agentes intervinientes en el proceso industrial-productivo. El no cumplimiento de esta premisa genera un fuerte perjuicio financiero y económico al fabricante de maquinaria. Por otro lado, si bien se logró cierto consenso en cuanto a plazos y criterios sobre Ingresos Brutos y Regímenes de Retención de las provincias, se debe avanzar más profundamente en su estudio, y en la actualización y mejora de los procesos.
Hubo también avances en otros temas como el análisis de los precios de materias primas e insumos con la propuesta de un observatorio de precios; en la movilidad de la maquinaria con el ordenamiento del anexo LL del Decreto 779/95 y otras disposiciones que hacen a la temática; que permiten pensar que se podrá avanzar en otras cuestiones pendientes de solución.
Todos los que formamos parte de este sector miramos a largo plazo debemos trabajar en desarrollar herramientas que permitan tener mayor certidumbre respecto a qué puede pasar en el futuro. No es fácil predecir los cambios de tendencia, cuándo se podrá ver una reactivación. Si bien en el corto plazo podemos estar mirando los resultados de una cosecha, debemos avanzar en el fortalecimiento de un marco que permita proyectar el crecimiento de este sector industrial
Tenemos que seguir trabajando en políticas de financiamiento para fomentar las inversiones tanto de industriales como de productores, a la vez que se debe profundizar en aquellas medidas que colaboren en mejorar el costo argentino. El diálogo ha posibilitado avanzar en donde podíamos hacerlo en una coyuntura compleja. Creemos que en la Mesa es el lugar donde vamos a poder encontrar los consensos y dar las discusiones que debamos dar y que cada sector haga su aporte para encontrar las soluciones.