Mediante la técnica de “tijeras genéticas”, científicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) modificaron embriones bovinos, manipulando un gen que produce la principal proteína que causa alergia a la leche.
Precisamente, los investigadores identificaron el gen de la beta-lactoglobulina en embriones bovinos y, a partir del uso de “tijeras génicas” (CRISPRs), lograron introducir cambios en el genoma de bovinos de raza lechera.
“El hallazgo se confirmó en tres de los cuatro animales en estudio, que manifestaron distintos tipos de edición del gen de la beta-lactoglobulina, principal alérgeno presente en la leche bovina. Estos son los primeros animales obtenidos en el país como resultado de la generación de una plataforma completa de edición génica y es la primera vez que se aplica esta tecnología en este gen en el mundo”, explicaron desde el INTA de acuerdo con télam.
Según el responsable de proyecto e investigador del grupo de Biotecnología del INTA Balcarce, Nicolás Mucci, “el objetivo final es obtener un animal productor de leche hipoalergénica, que no tenga la capacidad de producir esa proteína que genera esta afección”.
“Hasta el momento, no existen informes de bovinos editados en este gen a partir del uso de CRISPR en el mundo. Estos animales son los primeros obtenidos en el país como resultado de la generación de una plataforma completa de edición génica, en el marco del primer y único proyecto que cuenta con el estatus de no regulado por parte de la Dirección Nacional de Biotecnología”, agregó Mucci.
Desde el INTA indicaron que para que la edición génica se concrete y se pueda producir efectivamente leche sin beta-lactoglobulina, se deben obtener animales homocigotas no mosaico, es decir, que presenten la edición en ambas copias del gen y en todas sus células.
Del total de transferencias embrionarias realizadas a hembras receptoras, entre los meses de marzo y noviembre de 2017, se lograron nacimientos entre febrero y julio de este año y fueron cuatro terneras.
“Nuestro trabajo busca apagar y sacar el alérgeno más importante que tiene la leche de vaca para el ser humano, como es la beta-lactoglobulina; una proteína que corresponde al 50% de todas las proteínas del suero de la leche” explicó Adrián Mutto investigador de la Unsam y del Conicet.