Una startup argentina presentó una herramienta tecnológica que permite saber cuándo y cuánto regar los cultivos para mejorar los rindes.
Se trata de Kilimo, una plataforma que ya se utilizó en el marco de la campaña 2017/18 de maíz y cuenta con el 92% de exactitud en los resultados.
En una investigación sobre la cantidad de agua aplicada, se tomaron datos de aproximadamente 100 balances hídricos en 43 establecimientos ubicados en 9 diferentes zonas del país. Para el análisis se utilizaron los milímetros regados en lotes desde el inicio de la campaña hasta mediados de marzo 2018.
“El éxito del riego depende de la humedad que tenga el suelo, del cultivo y por sobre todo de saber regar en el momento justo. Afortunadamente, hoy día todas estas variables pueden conocerse con anticipación a la inversión”, explicó Jairo Trad, socio fundador y CEO de Kilimo.
Es que en Argentina el maíz es uno de los principales cultivos bajo riego, ya que el aporte de las precipitaciones no alcanza a cubrir las necesidades requeridas campaña tras campaña. Así, el sistema de riego se transforma en un recurso estratégico para que los cultivos logren un incremento de hasta un 50% respecto de los lotes en secano, es decir, aquellos cultivos que crecen sólo con el agua de lluvia.
“Hoy existe una solución eficiente para el riego. Nuestra herramienta brinda un coeficiente de cultivo propio que alimenta un balance hídrico para cada lote, con una certeza del 92 al 95% en 90 días. El productor sabe cuándo y cuánto regar”, afirmó Trad.
La investigación señaló algunas de las zonas de Argentina, como El Valle de Catamarca, sur y centro de Córdoba, donde el riego es una herramienta complementaria que reduce el riesgo climático de las cosechas, estabiliza y aumenta los rendimientos de los cultivos. En dichas áreas, los milímetros regados son menores que en otras, ya que las precipitaciones alcanzan a cubrir una gran parte de la demanda de los cultivos.
Asimismo, indicó zonas como el centro de la provincia de San Luis, donde las precipitaciones cubren un bajo porcentaje del consumo y por ello la producción no puede llevarse a cabo sin riego.
En tanto, en zonas con escasez de precipitaciones, el sistema de riego es la principal tecnología para atenuar la falta de lluvias. En algunos casos, la utilización del riego complementario puede representar hasta el 40% de los costos de producción.
“En la actualidad, el 50% de la producción mundial de alimentos se encuentra bajo riego y es por ello que controlar la actividad de irrigación es imprescindible. No sólo para reducir los costos económicos sino para cuidar un recurso natural escaso como es el agua y para aumentar la rentabilidad en los cultivos”, sostuvo Trad.
Cómo funciona Kilimo
Con imágenes satelitales y datos climáticos como complemento, la herramienta permite acceder a información del Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) o “índice verde” sin necesidad de instalar equipos a campo.
Las imágenes se adquieren de cinco satélites que publican datos periódicos y ayudan a conocer cuál es la cantidad de agua en milímetros que se pierde día a día en cada lote.
Para obtener datos climáticos y optimizar el riego:
- Se recolecta información proveniente de más de 8.000 estaciones meteorológicas existentes en la zona agrícola argentina.
- Se utilizan las estaciones meteorológicas disponibles combinando sus fuentes para ajustar la información a cada lote.
- Se combinan las imágenes satelitales para determinar un coeficiente de cultivo específico para cada lote.
- Se mide cada constante hídrica con el lote al inicio del cultivo.
- Se utilizan datos satelitales integrados para detectar circunstancias inesperadas y reaccionar acorde a los cambios en el consumo del cultivo.