Controlar plagas complejas como roedores comensales es una actividad que implica una gran responsabilidad.
“Un pequeño error u omisión en la gestión puede exponer a un riesgo sanitario, ambiental o afectar la seguridad ya sea de animales, individuos o la población de niveles muy peligrosos” aseguró el Ing. Agr. Marcelo Hoyos, gerente técnico en Higiene Ambiental de una reconocida empresa agropecuaria
Para poder entender el riesgo real de tener colonias activas de roedores comensales en toda actividad agroindustrial y la industria de la alimentación, el especialista aportó las siguientes cifras documentadas por décadas de estudios sobre el tema.
Contaminación provocada por roedores
Los roedores pueden ser portadores de más de 35 enfermedades entre ellas Salmonelas, Triquinosis, Leptospirosis, Coriomeningitis, fiebre por mordedura, tifus, así como algunos parásitos intestinales o externos (pulgas, sarna). Los datos:
• Excrementos: 16.000 por año.
• Pelos: pierden 300.000 por año.
• Orina: alcanza a los 6 litros por año.
“Podemos imaginar qué impacto pueden tener estos contaminantes en una industria alimenticia que solamente tuviera un solo roedor recorriendo lugares críticos. Salud, sanciones, clausuras, imagen negativa, exposición mediática, etc. Todos son impactos 100% prevenibles y evitables” aclaró Hoyos.
El especialista analizó durante más de una década de trabajos a campo donde conversó con empresas de control de plagas, encontró una gran cantidad de mitos, algunos equivocados, sobre la plaga, la interpretación del ambiente, la relación plaga-hombre y la articulación de las estrategias culturales físicas y químicas o MIP (Manejo Integrado de Plagas) para llevar adelante un programa de control efectivo.
Más que nada, remarcó que en toda actividad de control de plagas y específicamente en el de roedores en ambientes complejos como las agroindustrias, el “factor humano” es desencadenante de procesos que pueden contribuir o no al éxito del control.
“Ningún programa de control funciona por sí solo, se requiere de una buena articulación de actividades empresa de control de plagas con el cliente” detalló Hoyos, y agregó: “En definitiva, creemos que los roedores no se controlan por el solo hecho de colocar un rodenticida, sino que se necesitan también buenos conocimientos para desterrar los mitos y paradigmas equivocados que, en muchas ocasiones, eclipsan nuestras decisiones y generan conflictos, contaminación y daños”.