El regreso de las retenciones a la exportación y la suba del dólar impactaron de lleno en el sector agropecuario.
Sin dudas, una de las actividades más afectadas es la ganadería, cuyos productores atraviesan un momento de incertidumbre en relación a los costos y rentabilidad.
Así se lo contó a Infocampo el asesor de grupos CREA Octavio Lange, quien trabaja en la región de Mar y Sierras, en Tandil.
“Con el cambio de reglas, hay incertidumbre. Si bien las expectativas climáticas son buenas, los precios de los granos están yendo en picada, pese a que el dólar aumentó. Los productores ganaderos se preguntan si engordan al animal ahora, si el precio del maíz bajará, si subirá el precio de la carne para cuando terminen de engordar”, explicó Lange.
Es que, a diferencia de la agricultura, en el sector ganadero los ciclos son más largos y menos lineales. “Los productores están preocupados a la hora de tomar decisiones. No es la peor campaña, pero es demasiado incierta. Todos están viendo qué hacer”, describió el experto.
“En la primera movida del dólar, los que se dedican a la agricultura creyeron que se habían beneficiado, pero automáticamente se dieron cuenta de que la Argentina no, y que eso iba a volver. Y efectivamente volvió ahora con las retenciones. El agro, más que nadie, sabe mirar a largo plazo. Hay devaluación, pero es pan para hoy y hambre para mañana. Los insumos están en dólares, así que se vuelve a lo mismo”, analizó Lange.
Las declaraciones se dieron en el marco del Congreso Argentino de AgroInformática, en donde el asesor CREA participó del panel Ecosistema AgTech, junto a Federico Mayer y Sebastián Salvaro, de Club AgTech; Mariana Giacobbe, de UAVE y Bernardo Milesy, de Glocal Managers Aceleradora.
Consultado acerca de la apuesta de productores a las nuevas tecnologías aplicadas al agro, Lange confirmó que sí existen inversiones en startups por parte de productores de CREA, aunque aún son muy incipientes.
Los motivos, según el especialista, son varios. En primer lugar, generacionales. Luego, está el tema económico.
“El campo, en general y salvo excepciones, no se anima a invertir en momentos así. Cualquier cambio lo frena y no prioriza la adopción de tecnologías. Además, para jugársela el productor pide las tres B: bueno, bonito y barato. Tiene que haber calidad, ser simple y a bajo costo, dado que actualmente nadie paga apps o herramientas que no agregan valor”, aseguró.
Para Lange, las dos grandes áreas para trabajar en el futuro son la de predicción climática y la relacionada a la eficientización del uso de suelos.