Por el momento, según informaron son 200 los equipos instalados. Su uso generó un gran ahorro en la factura energética de los propietarios gracias a la reutilización del estiércol, además de controlar el nivel de contaminación de las explotaciones agropecuarias.
De hecho, aseguran que los equipos instalados han evitado la emisión de 9.000 toneladas de dióxido de carbono, por la reducción del metano que genera la propia granja o establecimiento, y por el consumo de combustibles fósiles para la producción de energía, que ha sido sustituido por la que proveen los biodigestores, creados por Joaquín Víquez.
El biodigestor de Viquez, fue reconocido por el MIT Technology Review ya que se traduce en “un mejor aprovechamiento de los residuos agrícolas, mejorando la productividad de áreas rurales en vías de desarrollo”, considera Mark Hoffmann, miembro del jurado de Innovadores menores de 35 años Centroamérica 2016.
La empresa ofrece a los ganaderos servicios de asesoramiento y de formación, así como dos opciones de biodigestor. La primera, los biodigestores Viogaz, con varios modelos disponibles de entre 2 y 120 metros cúbicos de capacidad líquida, para que cada establecimiento encuentre el que se ajusta a sus necesidades. El invento, creado con una geomembrana PVC, tiene una vida útil de 10 años.
La segunda posibilidad son las Lagunas cubiertas Viogaz, preferibles para una capacidad líquida por encima de los 360 metros cúbicos, y aptas para aquellos establecimientos que cuenten con lagunas que, con esta alternativa, se recubren por el fondo y por lo alto con geomembrana de polietileno. La vida útil de esta opción se estima en entre 12 y 15 años.
Para concluír, muchos de los productores que necesitan estas tecnologías carecen de recursos para adquirirlas. Por ello, la empresa ha puesto en marcha una iniciativa a través de la organización Kiva para conceder microcréditos que permitan a los pequeños ganaderos dotar sus granjas de esta solución integral para la mejora del manejo del estiércol.