Un informe elaborado por los economistas Julio Calzada y Blas Rozadilla, director y analista junior del departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), respectivamente, dio a conocer las 10 razones por las cuales a Argentina no le conviene seguir aplicando derechos de exportación a la producción de granos.
1) “Contribuir a que los productores se recuperen de la sequía de la última campaña”
La BCR calculó pérdidas de alrededor de 20 millones de toneladas para la soja y de 8 millones para el maíz como consecuencia de la “superficie perdida (no cosechada), menores rindes y afectación en la calidad”. “Estas circunstancias climáticas motivaron que muchos hombres de campo quedaran endeudados y con pérdidas en su capital de trabajo, lo cual afectará seriamente su situación frente a la próxima campaña”, subrayó.
2) “Los derechos de exportación generan menor área sembrada, menor producción y una menor actividad económica nacional, especialmente en el interior”
Los analistas prevén varios tipos de impactos: el directo, referido a la producción (valor agregado), ingresos brutos y netos, utilidades y el empleo generados en sectores receptores directos de los gastos e inversiones de los productores agropecuarios; el indirecto, similar pero de sectores que se benefician indirectamente de las inversiones y del gasto de los hombres de campo; e inducido, que es lo que se genera gracias al consumo de bienes y servicios que realizan los empleados o recursos humanos de los sectores que se benefician, directa o indirectamente, de las inversiones y gastos de los hombres de campo.
3) “El sector agrícola es el único que puede generar US$ 25.000 millones anuales a partir de ventas externas, permitiendo hacer frente a la restricción externa y ayudando a financiar al resto de las actividades”
La entidad rosarina señaló que en 2017, poco más de cuatro de cada diez dólares ingresados a Argentina por exportaciones fueron generados por los granos, harinas y aceites. Además, indicó que el complejo soja es el más importante en la balanza comercial de nuestro país y que la harina/pellets de soja es el principal producto de exportación, el aceite de soja ocupó el tercer lugar del ranking en 2017, el poroto se ubicó quinto y el biodiesel, noveno. “No hay antinomia campo-industria. Hay un trabajo conjunto donde el campo y la agroindustria hacen su parte proveyendo las divisas necesarias para el óptimo funcionamiento del sistema económico. Aplicar derechos de exportación es afectar este mecanismo virtuoso”, explicó.
4) “Los ingresos a partir de la soja permiten a muchos productores –en numerosos lugares- financiar otras actividades importantes como la producción de carnes y leche”
El estudio indicó que Argentina produce el 5% del total mundial y exporta el 2% de carne vacuna, dado que es el sexto productor mundial y puede llegar a ser el quinto exportador. En lácteos, señaló que nuestro país es el 4º productor mundial de leche en polvo entera, 9º en quesos y 16º en producción de leche cruda. “Muchos hombres de campo diversifican sus actividades entre agricultura (granos), ganadería y lechería. La continuidad de las retenciones implicará menores ingresos e indirectamente se verán afectadas estas actividades productivas especialmente en áreas geográficas alejadas de los centros de producción”, proyectó.
5) “Los menores volúmenes producidos generan una menor actividad en el flete camionero y caída en los ingresos de los transportistas”
En este punto, se remarcó que el gasto total de la cadena granaria en concepto de fletes camioneros oscila anualmente en los 4.000 millones de dólares.
6) “La menor actividad de transporte implica un menor consumo de gasoil en el transporte de cargas”
En tanto, aquí se destacó que el sector agropecuario argentino consume anualmente 3.800 millones de litros de gasoil, generando un gasto de 4.300 millones de dólares que se reingresan a la economía para su circulación. Según estimaciones propias de la Bolsa de Comercio de Rosario, exclusivamente la producción de granos y su transporte son responsables del 12% del consumo de gasoil en nuestro país, unos 2.000 millones de litros que implican un gasto de 2.300 millones de dólares.
7) “Los menores márgenes netos de los productores implicarán caída en las ventas de maquinaria agrícola, equipamiento y rodados”
Para la Bolsa, esa reducción de las ventas será “un fuerte golpe para las 850 empresas del sector, las 290 firmas agropartistas y 17 empresas de agricultura de precisión, que ya se han visto duramente castigadas por la sequía”, ya que se trata “de un rubro en el que hay una marcada heterogeneidad empresarial, con una fuerte presencia de PyMEs nacionales”.
8) “La menor actividad agrícola impacta de manera directa sobre el empleo”
El informe indicó que “cerca del 70% del total de puestos de trabajo generados por campo y las cadenas agroalimentarias corresponde a la agroindustria: alrededor de 2 millones de personas”, lo que representa cerca del 11% de la población ocupada de la Argentina (casi 18 millones de personas).
9) “Una menor producción de soja por las retenciones provocará una menor actividad en el complejo industrial oleaginoso”
En este sentido, la BCR dijo que esto afectará a diversos rubros, tanto en la industria como en las terminales portuarias, debido a que “caerán las ventas de los proveedores de insumos, bajará el consumo de energía eléctrica y otros servicios, habrá una menor contratación de nuevo personal permanente o transitorio, no se ejecutarán nuevas inversiones adicionales en algunas fábricas o puertos, etc”.
10) “A partir de una menor producción –por las retenciones- se reducirán los volúmenes exportados lo que provoca una caída en los gastos de fobbing y portuarios”
Por último, el estudio señaló que “todos aquellos que prestan servicios a las fábricas y terminales portuarias se verán afectados por los menores volúmenes físicos despachados al exterior”. Y detalló los siguientes rubros:
-Menores gastos de despachantes de aduana.
-Menores erogaciones a organismos oficiales (Aduana y otros) por actividades diversas (ejemplo fiscalización, control, etc).
-Menores comisiones a Corredores FOB (intermediarios que participa en las operaciones de exportación y que por lo general cobran un monto fijo por tonelada).
-Caída en las erogaciones por estibaje sobre bodega. Se trata de pagos a estibadores que distribuyen la mercadería en las bodegas a medida que se carga y/o supervisan el ingreso de la misma.
-Baja en las erogaciones por la actividad de los Independent surveyor. Se refiere al Inspector Independiente quien se encarga de controlar la cantidad de mercadería cargada a bordo del buque y la calidad. Estas empresas tienen una red de especialistas y laboratorios en los puertos para garantizar que las condiciones contractuales estuvieran son respetadas.
-Menores pagos de Impuesto a los débitos y créditos bancarios por la venta de la mercadería.
-Menores comisiones abonadas a los corredores de cereales.
-Menores análisis de calidad a cargo de laboratorios.
-A su vez, las menores exportaciones físicas de granos, harinas y aceites traerán como consecuencia una baja en los costos portuarios totales que paga habitualmente el sistema, perjudicando fuertemente a aquellas firmas y agentes locales que prestan servicios al transporte marítimo y fluvial. A modo de ejemplo, algunos de los rubros que sufrirán sensibles bajas serán:
-Menores ingresos por Derecho de entrada, faros y balizas y de uso de muelle.
-Menor facturación en concepto de Pilotaje y Practicaje sobre el Río Paraná y en Puerto.
-Menores ingresos para los remolcadores.
-Menores ingresos para quienes prestan servicios de lancha por amarre y desamarre.
-Menor facturación por los servicios de supervisión.
-Caída en los honorarios de los agentes marítimos.
-Menores ingresos para las empresas que realizan servicios de courrier para el agente marítimo, contribuciones al Centro Marítimo, menor recaudación de impuesto a los débitos y créditos bancarios, etc.