Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria invitan a considerar la incorporación de leguminosas de invierno en los esquemas productivos. Además de otras propiedades de interés como el menor consumo de agua, el aporte de nitrógeno por la sintieseis biológica y la entrega de los lotes 20 días antes, los margenes leguminosa + cultivo de verano Vs. Cereal + cultivo de verano, son mayores para todo el ciclo cuando se instala la leguminosa durante el invierno.
El campo no para y con la cosecha gruesa prácticamente finalizada, es momento de decidir que destino tendrán los lotes durante el invierno. “Si bien, desde el punto de vista financiero y comercial, este será un año para la siembra de trigo, incorporar legumbres a los esquemas productivos como opción a los cereales de invierno es una alternativa promisoria” indicaron técnicos del INTA Oliveros –Santa Fe– al sitio INTAinforma. Es que, si bien los margenes económicos de trigo Vs. leguminosas de invierno no dejan dudas en elegir el cereal, cuando se piensa en todo el ciclo, la elección de la leguminosa se vuelve interesante.
“Las tres especies de legumbres –arvejas, lentejas y garbanzos– pueden marcar la diferencia en los cultivos de verano” aseguró Gabriel Prieto, especialista en cultivos de invierno del INTA Oliveros.
“El conocimiento del relieve, contar con información sobre los herbicidas que fueron usados en la campaña anterior y el tipo de cultivo previo nos dan una pista clara sobre las probabilidades de éxito”, señaló Prieto indicando que para asegurar el éxito de estos cultivos la elección del lote es una tarea clave.
“Desde el punto de vista comercial, la elección de la especie, variedad y tipo debe ser tenida en cuenta, debido a que no es lo mismo arveja verde que amarilla, o lentejita que lentejón” agregó el especialista del INTA, en segundo lugar de las recomendaciones al momento de la elección de estos cultivos.
La capacidad de hacer simbiosis con bacterias que fijan nitrógeno de la atmósfera le otorga un beneficio ecosistémico a los esquemas productivos que incorporan leguminosas. Además la estructura de las raíces de las leguminosas en comparación con las gramíneas mejora las propiedades físicas del suelo.
“A simple vista, es fácil entender que el trigo deja un mejor margen económico que la arveja. Pero el análisis cambia, cuando se incluyen los márgenes de un cultivo de verano. Estudios preliminares demuestran que los resultados de las secuencias legumbre-maíz o legumbre-soja superan ampliamente al trigo-maíz o trigo-soja de segunda” indicaron desde el INTA.
“Cuando se incorporan legumbres, como antecesor de los cultivos de verano, los beneficios se multiplican, no sólo porque tienen un consumo de agua menor que el trigo o porque dejan un mejor balance de nitrógeno en el suelo, sino que, además, desocupan el lote 20 días antes que el trigo lo que permite asegurar así más recursos para el cultivo sucesor”, destacó Prieto.