Tras siete años de estudio en la técnica de edición génica, un grupo de investigadores del INTA Balcarce –Buenos Aires– logró modificar el gen de polifenol oxidasa, presente en el cultivo de papa (Solanum tuberosum L.), cuya enzima provoca el pardeamiento enzimático en tubérculos, es decir, que se pongan negros o que se oxiden cuando se los corta y se los expone al aire, detalla el INTA Informa en su publicación.
Según el Instituto, “esta pérdida de calidad no sólo genera el rechazo del consumidor y de la industria, sino que afecta las propiedades nutricionales de la papa fresca y sus productos derivados. En adelante, los especialistas continuarán haciendo pruebas para corroborar que las plantas identificadas mejoren su comportamiento como resultado del ‘apagado’ del gen”.
“Comprobamos que somos capaces de generar dentro de una célula de papa una maquinaria de edición génica que se dirige específicamente al gen elegido y cambia su secuencia genética”, explicó Sergio Feingold, director del Laboratorio de Agrobiotecnología del INTA.
“La técnica utilizada fue edición génica”, indicó Feingold acerca de la tecnología empleada, también conocida como “tijeras génicas” o CRISPR/Cas9. “De manera intencional realiza cambios dirigidos en el material genético de plantas y animales de consumo, con el objetivo de mejorar su producción y calidad”, puntualizó.
En el caso de los tubérculos, “el corte o pelado, así como los daños mecánicos sufridos durante la cosecha, transporte y almacenamiento, llevan a que se generen manchas pardas o negras producto de la oxidación, condiciones que provocan pérdidas para el consumo y la industria”, indicó Matías González, becario doctoral del Conicet e integrante del proyecto junto con Gabriela Massa, Leonardo Storani y Cecilia Décima Oneto.
De acuerdo con los resultados alcanzados sobre el total de plantas editadas que fueron analizadas hasta el momento, “alrededor del 15 % mostró cambios en la secuencia de este gen, lo cual representa una alta eficiencia”, destacó Massa, investigadora del INTA-Conicet en el Laboratorio de Agrobiotecnología de Balcarce, finaliza la publicación del INTA Informa.