La falta de lluvias y las altas temperaturas registradas en las últimas semanas en el centro y el norte de Santa Fe afectan los cultivos de maíz y soja tardíos y, en menor medida, los de soja de primera, según informó hoy el gobierno santafesino y la Bolsa de Comercio de esa provincia.
En tanto, la cosecha de girasol está llegando a su fin con buena calidad y rendimientos, de acuerdo con el informe semanal que emiten la provincia y la Bolsa.
El estudio indica que en gran parte de la provincia “las lluvias fueron un alivio puntual”, por lo que remarca las consecuencias que trae aparejado el déficit hídrico en los cultivares.
La situación más preocupante es la de los productores de maíz tardío o de segunda, debido a que ese grano soportó desde el momento de la siembra condiciones de escasa disponibilidad de agua útil en los suelos, lo que compromete del 45 al 50% de las plantaciones, consideradas en estado regular.
En ese sentido, se observaron síntomas como el enrollamiento de hojas, cambios de coloración, amarillamiento de hojas inferiores, con bajo desarrollo en altura, estructura y uniformidad de plantas; lotes desparejos y ataques de orugas cogolleras.
También tienen dificultades los cultivares de soja tardía o de segunda, que debido a problemas climáticos muestran poco desarrollo de estructuras y stand de plantas; bajas alturas, entresurcos no cerrados, amarillamiento de hojas basales, lotes desparejos y con un importante avance de insectos como trips y arañuela de soja.
Por ello, entre 65 y 68% del área sembrada presentó diferentes grados de afectación de esos síntomas, por lo que se prevé que la producción final se verá disminuida.
Aunque con menores afectaciones, la soja de primera también viene sufriendo la falta de lluvias, con lo cual hay un 15% de los sembradíos en estado de bueno a regular y un 5% que va de regular a malo, en este último caso en la zona centro-norte del área de estudio.
En cambio, el 80% de los lotes mostró estado bueno a muy bueno, con cierto porcentaje a excelente, con muy buen desarrollo de estructura, altura y stand de plantas, como también buena cantidad de flores en nudos y vainas.
El clima contribuyó con el girasol, ya que las altas temperaturas y los bajos porcentajes de humedad de grano permitieron el avance en el proceso de cosecha, que alcanzó un grado del 94%, con la consolidación de “buenos a muy buenos valores de materia grasa de los granos, superiores al 50% y con buen peso hectolítrico”.
El informe señala que la recolección del girasol finalizó en varios de los departamentos, con rendimientos promedio estimados entre los 19 y los 19,50 quintales por cada hectárea.
En cuanto al maíz temprano o de primera, se mantuvo la estimación en la disminución del potencial de rendimiento promedio en un 16 a 18%, como consecuencia del déficit hídrico que padeció el cultivo, especialmente en su estado fenológico de floración y fructificación.
Cosechado el 50 por ciento de la superficie, los rendimientos promedio obtenidos en el norte se han incrementado en comparación con los logrados hasta la fecha, que fueron de 45 a 60 quintales por hectárea, mientras que en los departamentos del centro se llegó a valores de entre 65 y 75 quintales, con lotes puntuales de hasta 90 quintales la hectárea.