Cada vez se hace mas notoria la variabilidad climática debido al cambio climático que está ocurriendo en el mundo. Las sequías y las inundaciónes son cada vez mas intensas, por lo tanto gestionar correctamente el agua es una herramienta capaz de enfrentar estos sucesos.
Especialistas del INTA dan a conocer la importancia de un correcto uso y aprovechamiento del agua.
En el libro “Las secas y las inundaciones en la provincia de Buenos Aires”, Florentino Ameghino se refiere a la necesidad de aprovechar el sobrante de las aguas para fertilizar el suelo en las épocas de seca.
El manejo racional de las cuencas, sumado a redes de datos meteorológicos, obras hidráulicas, ordenamiento territorial y la participación de los productores será fundamental para afrontar los desafíos que plantea el cambio climático.
Para Pablo Mercuri ,director del Centro de Recursos Naturales del INTA Castelar, comenta que resulta “trascendental” aprender a gestionar el agua de manera racional y adecuada tanto en los excesos como en los déficits. En este sentido, destacó el rol protagónico de los Comités de Cuencas por lo que llamó a los productores a “ocuparse e involucrarse”.
“Tenemos que entender a la cuenca como el lugar en donde se desarrolla toda la dinámica del agua y trabajar los estudios de ordenamiento territorial, los sistemas de alerta temprana ante excesos, las obras de retención y regulación en las cuencas altas”, aseguró el especialista.
Según Mercuri, es muy importante el predominio de montes y pasturas naturales en las zonas altas y áreas de rivera u orillas de cursos de agua.Asimismo, consideró a las obras hidráulicas como una herramienta muy importante y necesaria.
El director afirmó que “las sequías y los excesos hídricos son moneda corriente en nuestro país, desde hace siglos, la más clara percepción del cambio climático para el productor es la exacerbada variabilidad climática entre extremos que se manifiesta tanto en la disponibilidad de agua como en las temperaturas”.
En este sentido, destacó “la importancia de contar con información confiable y certera para tomar decisiones climáticamente inteligentes” y reconoció que el sector agropecuario siempre fue líder en la demanda de información climática, así como el desarrollo de tecnología también buscó adaptarse al clima.
El cambio climático exige la necesidad de estudiar las estadísticas de extremos, que son los que condicionan los límites de producción. Para esto, es importante afianzar las redes de toma de datos meteorológicos con distintas variables.
También se considera necesario continuar y acelerar el desarrollo de modelos hidrológicos, agrometeorológicos y climáticos, así como los sistemas de alerta temprana que permitan analizar su patrón de comportamiento actual, no histórico, porque el clima va cambiando. “Es fundamental crear modelos adecuados a cada cadena productiva o territorios y regiones para dar buenas recomendaciones al productor”, sentenció.
El agua y la temperatura son las variables climáticas que más definen los rendimientos y las posibilidades de trabajo del sector agropecuario.
Mercuri advirtió que “existe una gran expectativa productiva de crecimiento en el país a fin de convertirnos en el supermercado del mundo cuya producción agropecuaria depende del cielo, literalmente. Cada incremento de rendimiento que espera el productor está sujeta a la variabilidad del clima”.